Por Dilay Gundogan
Estambul/AFP
El juicio de los 26 presuntos líderes de las protestas que hace un año hicieron tambalearse al gobierno turco empezó este jueves en un tribunal de Estambul, ed un proceso que la oposición califica de «vergüenza» y «escándalo».
Dos semanas después de los enfrentamientos con motivo del primer aniversario de esa revuelta, viagra sale los miembros del colectivo Taksim Solidaridad, medicine entres ellos arquitectos, ingenieros o médicos, están acusados de haber organizado y participado en las manifestaciones que se extendieron por gran parte del país el año pasado.
El crimen de participación en una «organización criminal» está castigado con penas de hasta 30 años de cárcel.
Antes de entrar en la sala, casi un centenar de miembros del colectivo Taksim Solidaridad, que reúne a ONG, sindicatos y representantes de la sociedad civil, se agruparon delante del palacio de justicia para hacer una declaración ante la prensa.
«Este juicio es una mancha en la historia del país. Es el juicio de la vergüenza y del bochorno, casi un escándalo. Hoy se está juzgando a la libertad, la democracia y la paz», leyó una portavoz de la asociación de médicos turca.
«Es Recep Tayyip Erdogan [el primer ministro turco], que sigue reprimiendo a manifestantes, el que debería estar en el banquillo de los acusados por atentar contra la democracia y el Estado de derecho», dijo el portavoz antes de ingresar en el tribunal.
El movimiento de protesta -sin precedentes desde la llegada al poder del gobierno islamista conservador de Erdogan en 2002- comenzó a finales de mayo de 2013, con la movilización de un puñado de ecologistas opuestos a la destrucción del célebre parque Gezi.
Tras la violenta intervención de las fuerzas de seguridad el 31 de mayo, el movimiento se transformó en una ola de protestas contra el gobierno de Erdogan, considerado autoritario.
Durante tres semanas, más de 3,5 millones de turcos protestaron en un centenar de ciudades bajo fuerte represión policial. Las manifestaciones se saldaron con ocho muertos, más de 8.000 heridos y miles de detenciones.
Luego el ejecutivo retomó con firmeza el control de la situación, y trata ahora de reprimir cualquier intento de protestas.
Represión y detenciones
El pasado 31 de mayo Erdogan movilizó a más de 20.000 policías que disolvieron brutalmente las manifestaciones, todas prohibidas, que conmemoraban el primer aniversario de las revueltas de Gezi. Más de 300 personas fueron detenidas.
El martes, el primer ministro, a punto de anunciar su candidatura para las presidenciales de agosto, acusó a la «gente de Gezi» de ser agentes de un «complot» contra su régimen. «No querían defender los árboles ni el medio ambiente sino sembrar el caos», afirmó.
En este contexto político extremadamente tenso, los acusados de Taksim Solidaridad se esperan un juicio político.
Por otra parte el gobierno turco ordenó el miércoles el traslado de más de 2.000 magistrados en el marco de la lucha contra sus antiguos aliados de la cofradía del imán Fethullah Gülen y también llevó a cabo cambios en el Estado Mayor y el banco central.
Se trata de la reorganización más importante en la magistratura desde la revelación a mediados de diciembre de un escándalo de corrupción que afecta a todo el gobierno de Erdogan.
El primer ministro acusa al movimiento del predicador musulmán Fethullah Gülen, que fue su aliado en la conquista del poder, de ser el responsable de las acusaciones de corrupción y de haber urdido un «complot» para provocar su caída.