No nos queda ninguna duda que el retiro de Norman Quijano, pharmacy como candidato a una tercera jornada en la comuna capitalina, here se debe fundamentalmente a una crisis interna, advice a una división en la cúpula partidaria, provocada por su candidatura.
Y es que a la dirección del partido ARENA, mejor dicho, a los financiadores del partido ARENA, los dueños de esa estructura partidaria, la oligarquía, nunca le tuvieron confianza a Quijano.
¿Pero de donde viene la desconfianza? En primer lugar del círculo de poder que rodeó a Quijano desde que se convirtió en candidato a la Presidencia. Recordemos, que la Oligarquía no quería al actual alcalde capitalino como el candidato presidencial, sino que a Ana Vilma de Escobar.
No obstante, gracias a las maniobras de uno de los presidentes honorarios del partido, el ex presidente de la República Francisco Flores, fue que Quijano figuró como el candidato.
Manipuló el supuesto proceso electoral interno que el COENA había diseñado, burlándose de todos y todas, y no quedaron más que resentimientos.
La salida de ARENA y los ataques furibundos de Walter Araujo, a la sazón magistrado del Tribunal Supremo Electoral, fue motivada por la maniobra de Flores y de otros cómplices en el COENA, que dejó burlado al también aspirante a la candidatura Francisco Laínez.
El resto de la historia es conocida, pues, Quijano sufrió una gran derrota en primera vuelta, cuando iban todos contra todos, con una diferencia de 10 puntos favorable al FMLN, y en la segunda vuelta el partido de gobierno repite otra gran victoria, dado que se enfrenta a toda la derecha: la política, la económica, la empresarial y la mediática, pero logra conquistar un segundo periodo presidencial.
Perder por segunda ocasión el ejecutivo no le causó ninguna gracia a la oligarquía, que se enfadó, cuando el candidato perdedor, por el número de votos conquistados, a base de presiones a los trabajadores y del miedo, logró un importante caudal de votos, y se proclama candidato presidencial del partido ARENA, para un tercer periodo.
En esta ocasión, Quijano volvió a burlarse del proceso electoral interno que había insinuado el COENA, y se proclamó el candidato en firme a la reelección como edil.
A partir de allí comenzaron a florecer los descontentos en ARENA, y comenzaron las críticas contra Quijano, que pese a la soberbia mostrada en los últimos cinco años, cambió su discurso y dijo que se sometería al proceso interno.
Y aún cuando lo había confirmado, en los medios se filtraban los descontentos de algún sector dentro de la estructura de mando de ARENA, el cual se incrementó cuando sabiamente, políticamente hablando, el FMLN nombra al joven Nayib Bukele como su candidato a alcalde por San Salvador.
La respuesta de Quijano y de otros dirigentes del COENA, ante la aparición del candidato Nayib fue torpe, y la oligarquía no la toleró, por lo que decidió que el partido ultraderechista debe poner otro candidato, y ordena la salida de Quijano, recubierta como una declinación.
Nayib Bukel, sin duda, ha comenzado su ruta hacia la victoria.