En un intento por descalificar la candidatura del joven empresario y exitoso alcalde de Nuevo Cuscatlán, buy Nayib Bukele, Norman Quijano, alcalde capitalino y candidato a su vez para el periodo 2015-2018, dijo con menosprecio que “Nayib está muy jovencito”, lo que equivale a decir que para el alcalde de San Salvador, los jóvenes son unos inútiles.
Inmediatamente, los jóvenes respondieron, cual avalancha, en las redes sociales, que dejaron en evidencia la intolerancia de Quijano, en este caso contra los jóvenes.
Ayer, Quijano, en un programa que le regaló Frente a Frente, en el horario matutino, quiso rectificar, poniendo como ejemplo la juventud de sus hijas, y a nombrar y enumerar una serie de supuestos jóvenes que trabajan en la Alcaldía de San Salvador.
Y es que así es Norman Quijano, un día dice un cosa, y cuando ve la reacción ciudadana, al día siguiente cambia el discurso.
El año pasado, al iniciar la campaña electoral, dijo por ejemplo, que el paquete escolar, los uniformes y el vaso de leche “eran un despilfarro”, semanas después, luego de conocerse encuestas serias como la de las universidades, que evaluaban muy bien esos programas sociales, Quijano cambió de discurso y dijo que en vez del vaso de leche iba a otorgar “el desayuno completo”. Así es Norman Quijano, incoherente.
En el mismo programa en el que se refirió con desdén hacia los jóvenes, Quijano calificó como un “desliz” el anuncio de Nayib de rebajar las tasas municipales de llegar a ser alcalde. Y es que el alcalde capitalino ha incrementado las tasas municipales hasta en un 300 por ciento en el mes que recién finalizó, que ha causado tanto descontento entre los capitalinos que logran espacio en los medios, pero sobre todo a través de las redes sociales.
Quijano, un día dice una cosa y al día siguiente dice otra. Hoy dice “que revisarán algunas tasas pues, pues pudo haber ocurrido algún error”.
Además de la incoherencia, que seguramente es parte de la personalidad de Quijano, no queda duda que la candidatura de Nayib, si lo ha puesto nervioso. Nervioso, porque es muy probable que con Nayib, Quijano sufrirá su segunda derrota electoral de forma consecutiva. Y, nervioso, también, porque de haber algún núcleo sensato en la dirección de ARENA, la candidatura podría estar en peligro.
Ojalá y los capitalinos tengan acumuladas todas las ambivalencias de Quijano, para que, en las encuestas y el día de las elecciones hagan saber su rechazo al candidato arenero.