En su mensaje de fin de año, stuff el uno de enero, el Presidente de la República, Mauricio Funes, dijo una verdad que para algunos puede ser de perogrullo, pera que vale la pena recalcarla, y principalmente apropiarse de ella, porque, en el marco de la campaña electoral otros tratan de esconder o invisibilizar.
Nos referimos a los cambios que han ocurrido en el país, y que, dependiendo del comportamiento del electorado, estos pueden continuar, y deben, decimos nosotros, y por ende, profundizarse.
“Hace cuatro años y medio… les hablé de que un nuevo El Salvador era posible. Y me comprometí a sentar las bases de ese nuevo país, más justo, más equitativo. Ahora, a cinco meses de concluir el mandato, puedo decirles con mucha satisfacción que el país que heredamos, ha cambiado, a pesar de todas las dificultades que hemos tenido que enfrentar”, manifestó el mandatario.
Y es correcto, en estos cuatro años y medio, el país es diferente, y si seguimos con un nuevo mandatario que se compromete a darle continuidad y profundizar los cambios a los que hace referencia el Presidente Funes, que solo pueden hacerlo Salvador Sánchez Cerén y Oscar Ortiz, entonces este país tiene mucha esperanza de ser mejor, es decir, donde su gente usufructe de lo que la nación provee.
Con los gobiernos de derecha, los más beneficiados han sido pequeños grupos de poder económico, los mismo que hoy han lanzado la consigna de “recuperar El Salvador”.
Esas bases de la que el Presidente Funes habló en su mensaje de fin de año, con las que se están construyendo un nuevo país, tiene que ver, indudablemente, con los programas sociales, que tanto han beneficiado y siguen beneficiando a los “más pobres de los pobres”, como les llamaba monseñor Oscar Arnulfo Romero, a los excluidos por los oligarcas y los gobiernos de derecha.
Esas bases tienen que ver con el rescate de la agricultura y ganadería, y el fomento de la economía artesanal, micro y pequeña empresa.
Sin menospreciar al gran empresariado, con el FOMILENIO II tendrán una gran participación, y con ello harán una gran contribución al desarrollo del país.
Esas bases tienen que ver también con el combate a la corrupción y el ejercicio público con transparencia. El pueblo está viendo las obras y cómo se utilizan sus impuestos: En construcción de hospitales, mejores carreteras y muy pronto hasta un mejor servicio de transporte público.
Sin lugar a dudas, en el Gobierno del Presidente Funes y el FMLN se han sentado las bases de un nuevo país, y por ende hay mucha más esperanza para todos y todas. De ahí que, como dice un spot del Gobierno: “los cambios tienen que seguir… que los cambios sigan”.