Por Simon Sturdee
Viena/AFP
Irán y las grandes potencias inician el martes en Viena las negociaciones finales -que se anuncian largas e inciertas- en busca de un acuerdo histórico sobre el programa nuclear iraní.
A seis días de la fecha límite, viagra fijada para el 24 de noviembre, try las diferencias siguen siendo importante entre las partes.
Un acuerdo es posible salvo «demandas excesivas» de las grandes potencias, there declaró el martes en Viena el jefe de la diplomacia iraní Mohammad Javad Zarif.
Irán debe hacer «todos los esfuerzos posibles» durante esta «semana decisiva», dijo por su parte el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, en Londres.
La ronda de negociaciones en Viena se pondrá en marcha al mediodía con un almuerzo de trabajo entre Mohammad Javad Zarif y la representante europea, Catherine Ashton.
Por la tarde, los representantes del grupo 5+1 (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China más Alemania) y Zarif celebrarán una primera reunión.
Los ministros del grupo 5+1 llegarán a Viena en el transcurso de la semana.
Las grandes potencias sospechan desde al año 2002 que el programa nuclear civil de Irán apunta en realidad a fabricar la bomba atómica.
El gobierno iraní rechaza enérgicamente esas acusaciones.
La polémica provocó tensiones que llevaron incluso a un riesgo de guerra, nutrido en particular por el temor que causa en Israel y los países del Golfo la idea de que Irán disponga de la bomba atómica.
Irán, que sufre desde hace años severas sanciones internacionales, desea que cesen esas medidas que dañan su economía.
Por su parte, las grandes potencias exigen que Irán limite su capacidad nuclear de forma tal que la opción militar sea virtualmente imposible.
Después de años de invectivas, las dos partes comenzaron hace un año un ciclo de negociaciones positivo aunque los obstáculos siguen siendo numerosos.
«Todavía quedan diferencias y todavía no sabemos si podremos superarlas», dijo el lunes una fuente estadounidense.
Los negociadores deben primero resolver la cuestión de las capacidades de enriquecimiento de uranio que Irán podrá conservar después de un acuerdo.
Irán explota miles de centrifugadoras susceptibles de aportar la materia prima para bombas atómicas.
El reactor de agua pesada de Arak, que podría producir plutonio -otra vía de acceso al arma nuclear- es uno de los puntos en discusión, al igual que el régimen de inspecciones de la ONU al cual debería someterse Irán si se llega a un acuerdo y el ritmo de cese de las sanciones.
Sobre ese último punto, una fuente occidental reprocha a Irán «querer todo enseguida, lo que no es para nada realista».
Un eventual acuerdo abriría la vía a una normalización de las relaciones entre Irán y Occidente y a posibles cooperaciones, particularmente con Estados Unidos, frente a los conflictos de Irak y Siria.
Un acuerdo reduciría además los riesgos de proliferación nuclear en Oriente Medio y permitiría a Irán reactivar su economía.
La importancia de esas negociaciones llevaron a que Estados Unidos y Rusia dejaran de lado sus divergencias sobre la guerra en Ucrania.
El 13 de noviembre pasado, John Kerry y Serguei Lavrov, su homólogo ruso, llamaron a «encontrar un acuerdo global lo antes posible».
Sin embargo, varios analistas piensan que no habrá un acuerdo definitivo el 24 de noviembre.
Lo más probable es que el 5+1 e Irán concluyan un «acuerdo interino» que permita prolongar las discusiones, como ya ocurrió en julio pasado.
Pero prolongar las negociaciones podría resultar arriesgado.
Miembros destacados del Congreso estadounidense amenazan con adoptar nuevas sanciones contra Irán si no se llega a un acuerdo.