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Gloria Silvia Orellana
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“Es un momento crítico para la historia del país debido a la máxima concentración del poder en el presidente Nayib Bukele”, reiteran en su pronunciamiento oficial los Comités Oscar Romero del Estado español (SICSAL-Europa).
El pronunciamiento se da en el contexto electoral en El Salvador, que el pasado mes de febrero y a principios de marzo de este año la población eligió la presidencia, diputados de la Asamblea Legislativa, gobiernos locales y del PARLACEN.
Los Comités Oscar Romero señalan “que deliberadamente aprovecha el desencanto y la frustración de la población para debilitar el Estado de Derechos y los más básicos principios democráticos”.
El Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina “Oscar Arnulfo Romero” (SICSAL), Es una red mundial “cristiana ecuménica de solidaridad con los pueblos empobrecidos” que la integran comités, organizaciones, grupos y personas comprometidos con los valores humanos desde la fe cristiana, la justicia y la verdad, y en acompañamiento a la causa de la liberación.
SICSAL fue fundada en 1980, en respuesta al “reto de la presencia de los cristianos y cristianas en las luchas populares de América Central“ bajo la inspiración y vida de San Oscar Arnulfo Romero, al que consideran “el signo de todos aquellos hombres y mujeres que dieron su vida por la fidelidad al Evangelio” y, por tanto, a la opción por los pobres y necesitados.
SICSAL expresa su preocupación ante la “reelección presidencial”, pese al apoyo popular, porque la Constitución de la República la prohíbe en al menos 6 artículos, que le impedían la participación y renovación a un segundo mandato de forma inmediata. “El respaldo ciudadano no legítima su reelección ni blinda su ejercicio arbitrario del poder, pues pese a cualquier apoyo, sus obligaciones en materia de derechos humanos permanecen intactas”, afirmaron los comités.
La organización también destaca que en el contexto electoral se aprobaron de manera ilegal una serie de reformas y se adoptaron decisiones políticas, especialmente durante el conteo de resultados, que han sido denunciadas por diferentes sectores como fraude electoral y han profundizado la cooptación del Estado”.
Esta reducción de la democracia, a la mera formalidad del voto, es una muestra que está reforzando el “ejercicio arbitrario del poder” y que se reproduce en todos los niveles del funcionariado público, en “conductas autoritarias, violentas absolutamente reprochables” las que se realizan en total impunidad y mantener sus privilegios, señalan. “Esta situación anula los controles a los que debe estar sometida cualquier acción pública, excluye a las personas de participar directamente en la toma de decisiones y profundiza un ambiente hostil y peligroso para la defensa de los derechos humanos, especialmente en el contexto de la vigencia por dos años consecutivos del Régimen de Excepción”, advirtieron.
Asimismo, se refieren a la falta de transparencia e información pública sobre los usos del dinero público, la militarización cotidiana de la vida en El Salvador y el fortalecimiento desmesurado de la Policía (PNC), y las fuerzas armadas (FAES).
De la misma forma los Comités Oscar Romero del Estado español (SICSAL-Europa) extendieron su reconocimiento, apoyo y solidaridad a todas las personas defensoras que desde sus espacios continúan abogando por construir una sociedad inclusiva y de plena convivencia de la población salvadoreña.
También externaron un reconocimiento a quienes continúan luchando por un entorno propicio, plural y seguro para la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión en El Salvador, denunciando las injusticias y promoviendo los valores democráticos en el país, aun cuando son víctimas constantes del acoso y la violencia por parte del Estado y un sector de la población.
Asimismo, lanzaron un “enérgico llamado” a todas las personas y organizaciones que trabajan por la paz, los derechos humanos y, a la Comunidad Internacional a “informarse, analizar y denunciar “ la situación de los derechos humanos en El Salvador. Así como exigir al Estado salvadoreño una conducta pública que se ejerza en los límites necesarios para el control del poder, la auténtica democracia y la garantía de los derechos humanos”. Pidieron, también, poner fin de inmediato al ambiente hostil y acoso para los y las periodistas, defensoras de derechos humanos, militantes de partidos de oposición y otros sectores que defienden sus opiniones y reivindicaciones en cuestiones de interés público.
Otra de las demandas al Estado salvadoreño, se relaciona con el desarrollo de “acciones concretas para el beneficio de la población salvadoreña”, sobre todo poner la atención a las personas más vulnerables.
Los comités también invitar al Estado de El Salvador, superar su visión militarista y sesgada de la seguridad y de aquellas medidas que sólo mantienen los privilegios para pocas personas, por políticas justas y orientadas a garantizar la vida, la salud, la educación y el bienestar de todos y todas.
Finalmente, hicieron un llamado a otras organizaciones internacionales a denunciar estos hechos, para fortalecer la solidaridad con el pueblo salvadoreño, y acompañarlos en sus demandas”.
