Por Swami Gnaneswarananda (No. 1)
(De la Revista El Rosacruz, agosto de 2007)
Si hay algo que pueda considerarse como el más grande de todos los pecados, algo que tiene el poder de degenerar a un ángel en monstruo, algo que succiona la vitalidad, la salud, felicidad, bondad e iniciativa de progreso en una persona, es -en mi opinión- el vampiro de la debilidad. En efecto, una de mis más firmes convicciones es que el pecado es realmente y nada mas que debilidad.
¿Cómo ha penetrado esta debilidad en nuestras vidas? Después de todo, el hombre es divino. Es potencialmente perfecto y tiene el poder de expresar su grandeza en cada fase de la vida. Es intrínsecamente bueno. ¿Por qué, entonces, hay tanto de eso llamado pecado, tanta deshonestidad y brutalidad en la vida?, ¿por qué se encuentra tanta atrocidad en las acciones humanas? Si buscamos en lo más profundo de tal comportamiento tan fuera de lo divino, nuestro análisis demostraría que en la base de todos estos actos existe un factor común: la debilidad. Y la debilidad está ligada a otra característica no divina: el miedo. El hombre es débil porque teme.
¿Por qué, por ejemplo, una persona miente? Porque siendo débil tiene miedo de que la verdad la lastime. Es la pura debilidad la que ha hecho que el hombre crea que la verdad puede lastimarlo; pero ha sucumbido a la debilidad como una víctima desvalida y, en muchos casos, se ha vuelto casi imposible para él resistirse. ¿Por qué una persona roba o falsifica o por qué actúa ruin o egoístamente? o ¿por qué una persona mata a otra? La respuesta en cada caso es que tiene miedo a algo. Puede que tenga miedo a perder su vida, su propiedad, su honor o prestigio, o perder amor o algo más. Ciertamente, tiene miedo de algo, y este miedo no es más que debilidad, la nube falsa de una ilusión que cubre por ahora su naturaleza divina.
Tomemos una persona intrínsecamente buena y metámosle el miedo dentro por algún medio: no existe profundidad de degradación a la cual no se entregue bajo esa influencia degenerativa. Por otra parte, levantémosle el poder de la resistencia y primero moriría antes de entregarse a cualquiera ruindad.
El hombre -como las instituciones- conociendo esta psicología, ha tomado recurso de este truco de introducir miedo con la intención de vender sus mercaderías o ganar poder sobre otros. Es con mucha pesadumbre que tengo que decir que la religión no está totalmente exceptuada de este proceder. Existen instituciones religiosas alrededor de todo el mundo que predican nada más que historias horrendas de miedo y donde la única virtud cultivada por sus seguidores es la gran “virtud” de la mansedumbre y la debilidad.
Pero yo pregunto: ¿Puede uno ser bueno y hacer el bien por la fuerza de la debilidad? Yo, por ejemplo, rehusaría a ser bueno por medio del miedo, porque para mí no es tanto en el acto mismo sino en el espíritu donde descansa la bondad.
Si uno tiembla de miedo por dentro, y con un espíritu tembloroso hace una abundante caridad, yo le llamo doble pecado, el pecado de la debilidad aparejado al de la hipocresía.
La debilidad y el miedo son gemelos, nacidos de la ignorancia. Donde estos existen, no existe la verdad. ¿Cuál es la prueba de la verdad? Hay solo una: la que nos hace sentirnos espiritualmente fuertes. En cada clase de empresa, en todas nuestras actividades, no importa cuáles sean, en religión, negocios, amistad o en el amor, la prueba de la verdad es: ¿Te hace sentir fuerte? Si es así, entonces está correcta. Esta levantará el alma y por último la colocará cara a cara con la fundamental y absoluta Verdad. Si no, es veneno; no tengas nada que ver con él.
¿Existe algún método por el cual podamos cultivar esta fuerza, nacida de la verdad? Para poder averiguar un método razonable y científico, primero tenemos que descubrir el manantial de toda fuerza. Y entonces, tal vez podamos manifestarlo en sus diferentes fases dentro y a través de las actividades de nuestras vidas. ¿Dónde está el manantial de la fuerza del que podamos extraer inspiración y poder?
La filosofía de Vedanta enseña que el manantial de la fuerza es la misma base de nuestro ser. Esta se levanta de la divinidad que está dentro de cada hombre, en un estado potencial. En el mundo entero existe solo una escritura donde la realidad fundamental, o Dios, ha sido descrita como fuerza (ojas o viryam). La constante oración de los sabios del Upanishadas fue: “Señor, Tú eres vigor. Hazme vigoroso en todas mis empresas. Tú eres fuerza, satúrame con fuerza”.
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RITUAL DE AYUDA ESPIRITUAL
El domingo 16 de este mes de febrero, y los domingos subsiguientes que no coincidan con celebraciones cívicas o festivas, se ofrecerá para miembros y no miembros de AMORC, una actividad denominada “Ritual de Ayuda Espiritual”. Se llevará a cabo a las 10.30 a.m. en el Templo de este Centro Cultural Rosacruz. El ritual consiste en una meditación especial de ayuda para casos de enfermedad, de consolación y fortaleza u otros problemas que enfrenten las personas que soliciten con anticipación este servicio místico y metafísico. Adicionalmente, se dedicará un corto tiempo a la lectura de artículos de contenido místico publicados en la Revista El Rosacruz de diferentes años.