Oscar López
@Oscar_DCL
El sacerdote Fredy Sandoval instó a la feligresía católica congregada en la Cripta de Catedral Metropolitana a no ser indiferente ante las situaciones por las que atraviesan otras personas durante su vida.
El sacerdote les motivó a tomar como propias las palabras de san Oscar Arnulfo Romero. “Hay que hacer el proceso que indicó monseñor Romero en su Segunda Carta Pastoral, en la que decía que los cristianos adquirieron nuevos ojos para ver la realidad y dejarse impactar por ello y reaccionar cristianamente”, dijo Sandoval.
De igual forma, el religioso explicó a los feligreses que ante situaciones concretas de la vida, hay diferencias y contradicciones, por lo que esas circunstancias deben ser un aliciente para buscar el crecimiento en la fe “en un contexto difícil como el nuestro”.
“Tenemos una problemática en el nivel interno hay mucha injusticia social, mucha desigualdad, los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. El lujo de los poderosos se construyó a base de la desigualdad, de la explotación, del despojo, la miseria de los pobres. Como monseñor Romero lo definió en su Cuarta Carta Pastoral, existe un profundo deterioro social”, dijo Sandoval. El sacerdote agregó que no es correcto que los cristianos consideran normal el individualismo promovido en la sociedad. “Para nosotros es normal que otros tengan lujos, la palabra de Dios nos enseña a descubrir que esa desigualdad es injusta a nivel ético humano, sino contraria a los ojos de Dios”, externó.
Sandoval aseguró a los católicos congregados en la Cripta de Catedral Metropolitana, que la Biblia brinda aliento a las personas que sufren las consecuencias de la injusticia social, “da una certeza al creyente para no doblegarse, para no creer que el poderoso, el injusto, el represor es el que tiene la razón, Dios asegura que el malvado sucumbirá sin remedio, es cuestión de tiempo, el justo vivirá por su fe”.
El sacerdote ejemplificó lo anterior con los abusos cometidos durante el conflicto armado, entre ellos el asesinato de san Oscar Romero, quienes cometieron el hecho pensaron que esto quedaría en la impunidad, sin embargo, al pasar del tiempo se reconoció que a este y otros hechos como crímenes de lesa humanidad, dignificando la memoria de las víctimas.
“Esto pasa porque los que debían ser defensores de la dignidad de las personas se convirtieron en atropelladores, violadores, criminales contra aquellos a los que debían defender, eso es una doble culpa”, concluyó Sandoval.