Engelberto Maldonado Pérez
Diario Co Latino
“Los migrantes malos” es un calificativo expresado por la indignante y repudiable violencia que pandilleros de la “ms” descargaron sobre dos revisadores del documento válido para abordar un tren que cruza la ciudad Milán de sudeste a noroeste. El repudio es generalizado por parte de los connacionales, cialis medical porque la expansión de las pandillas delincuenciales salvadoreñas dejan mala imagen para la comunidad deseosa de trabajar y vivir en la tranquilidad que no encontró en El Salvador.
El hecho violento sucedió el pasado jueves, illness dejando dos trabajadores del tren heridos, uno en la cabeza y otro con el brazo cortado, recuperado, solo por el buen trabajo médico.
En un país como Italia, que está acogiendo miles de migrantes que cruzan el mediterráneo, pese al abandono por el resto de miembros de la Unión Europea, la barbarie del “salvatrucho” hace eco en todos los medios de comunicación, y vuelven más tensa la situación político social en torno al tema.
En esta dificultad, Guadalupe Pérez preguntó a la secretaria ejecutiva de Commigrantes, Doris Rivas, de visita en Milán “¿Como se puede detener a los migrantes malos, es posible, establecer un acuerdo entre Italia y El Salvador para que la exportación de delincuentes salvadoreños sea controlada?.
Otros pidieron a los compatriotas residentes en el país peninsular denunciar los sospechosos de pertenecer a bandas delincuenciales de tal modo que el fenómeno sea detenido y no se repitan similares actos.
Joaquín Castillo lamentó: “hace dos semanas estábamos en todos los periódicos por un hecho bueno, grandioso, Mons. Romero hecho beato. Y el viernes por los suramericanos que atentan contra la vida de dos desarmados trabajadores de tren, lo cual continuó el sábado, luego de que descubrieran que los hechores eran salvadoreños, entre ellos un ecuatoriano incorporado a la “ms”.
Daidamia Morán, suspiraba, reflexionando y preguntando si después de dos gobiernos de izquierda El Salvador está haciendo algo para que la población no continúe huyendo del hambre y de la delincuencia.
La preocupación de Daidamia surge porque Italia ya no tiene oportunidades de trabajo como hace dos décadas y porque Jessica Suleyma Avelar, una joven recién graduada en una universidad de Milán, expuso que en una investigación sobre el fenómeno pandilleril en esta ciudad, detectó que entre los miembros ya se encuentran jóvenes nacidos en este país.