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La Paz / Prensa Latina
La adquisición de una propiedad por la gobernante boliviana, Jeanine Áñez, a un costo mayor que el valor de su patrimonio, encendió hoy las alarmas de la sospecha, aunque oficialmente se alegó que la hizo con un préstamo bancario.
La propiedad está ubicada en la ciudad de Trinidad, en el departamento del Beni, tierra natal de Áñez, y la compra fue revelada por el diario La Estrella del Oriente, motivando inmediatas críticas y señalamientos de posible corrupción, omitidas por medios de prensa afines al gobierno.
Las críticas contrastan el clima de crisis, preocupación y sacrificios de la población en el cumplimiento de las drásticas medidas de cuarentena decretadas para frenar el avance de la pandemia del coronavirus SARS-Cov-2.
El citado periódico señaló que la propiedad adquirida por Áñez está por encima del total del patrimonio que ha declarado oficialmente y que asciende a 133 mil bolivianos (19 mil 275 dólares) y que la adquisición fue pagada al contado.
‘¿De dónde sacó esa plata? ¿Acaso le está robando al pueblo?’, declaró Enrique Vacaflor, dirigente de la Federación de Agricultores de El Alto, zona cercana a La Paz, e integrante del colectivo ciudadano ‘Basta de corrupción, venga de quien venga’, dedicado a denunciar casos de corrupción del régimen de Áñez.
La ministra de Comunicación, Isabel Fernández, admitió la compra y sostuvo que Áñez la hizo con un crédito del Banco Nacional de Bolivia (privado) y contaba con la documentación probatoria.
La publicación electrónica Primera Línea, de investigación periodística, tuvo acceso a esa documentación y verificó que la compra se concretó el 9 de marzo último, la compradora inició la gestión del crédito al día siguiente y el dinero se desembolsó recién al otro.
El enfoque añade que Áñez no llena uno de los requisitos indispensables de los bancos para otorgar un crédito, el de tener al menos un año en el mismo empleo y un ingreso regular que garantice el pago de las cuotas correspondientes; pues la gobernante tiene poco más de tres meses en el cargo de presidenta transitoria.
El documento del crédito no precisa plazo de pago, algo también obligatorio y Primera Línea se pregunta cómo garantizó el pago.
Agrega que Áñez no necesitaría un crédito para la compra, si se tiene en cuenta una detallada crónica de la activista social María Galinfo sobre la reunión de un grupo de partidos y personajes involucrados en la desestabilización del presidente Evo Morales, cita donde la actual gobernante fue escogida presidenta.
El relato, censurado por el diario en el que suele escribir Galindo, dice que Áñez ‘aceptó asumir el cargo, siempre y cuando se le paguen trescientos mil dólares por el riesgo de vida que suponía el golpe’.
La exministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, quien renunció al cargo por discrepar con la decisión de Áñez de lanzar su candidatura presidencial, escribió en una red de Internet que durante su gestión supo de compras inmobiliarias y no creyó que fuera Áñez la involucrada.
‘Pensaba que era una mala información, malintencionada, cuando vi documentos del mes de marzo con planos incluidos, reconocimiento de firmas y varios departamentos en Beni. Solo gusanos como sus asesores podrían hacer esto, y creía que ella no’, escribió.
