César Ramírez Caralvá
Escritor y Fundador Suplemento Tres mil
Algunos aspectos de la antropología clásica siguen vigentes, así hemos referido el trabajo de campo como la herramienta fundamental sobre algún aspecto humano o extrahumano que responda a la interrogante ¿qué es eso?… en esencia es la comprensión humana.
Debo referir los importantes trabajos de Margaret Mead antropóloga y poeta estadounidense “en sus investigaciones etnográficas de las décadas de 1920 y 1930, puso en entredicho la visión sexista biologista que prevalecía en las ciencias sociales en EEUU según la cual la división sexual del trabajo en la familia moderna se debía a la diferencia innata entre el comportamiento instrumental (público, productivo) de los hombres y expresivo de las mujeres, en su estudio comparativo Sex and Temperament in Three Primitive Societies Mead introdujo, en 1935, la idea revolucionaria de que, por ser la especie humana enormemente maleable, los papeles y las conductas sexuales varían según los contextos socioculturales. Fue así precursora de la utilización del concepto “genero” ampliamente utilizado en los estudios feministas” -wikipedia- en este caso la discusión no termina aún, pero nuestra sociedad del siglo XXI muchas personas se escandalizan con el simple acontecimiento de mencionar “Educación Sexual” en las escuelas, pero no lo hacen cuando observan las miles de niñas dañadas por atrocidades sexuales, si por accidente existe interrupción del embarazo, entonces son criminalizadas de la peor manera en las leyes de nuestra constitución.
Margaret Mead: “se familiarizó, vivió, observó y entrevistó (a través de un intérprete) a 68 mujeres jóvenes entre los 9 y los 20 años”, según los métodos clásicos ¿qué sucedería si una especie con mil años o más de adelanto nos observara, me parece que usarían instrumentos de comparación, medirían nuestra acumulación: “científica, cultural, social, religión, militar” pero también tendrían la capacidad de individualizar aquellos “individuos” que mostrarían cierta conducta inteligente: “alerta con su presencia”, aunque el establecimiento de comunicación no correspondería a los humanos (primates superiores) sino a ellos.
Si los trabajos de Mead provocaron una eclosión antropológica, imaginemos un encuentro con otra civilización “superior” con valores diferentes, ya no se trataría de la demostración física de su existencia, sino un proceso de choque cultural.
El choque cultural causa ansiedad y sorpresa, con crisis en los modelos históricos, jurídico, religiosos, morales en relación a una nueva cultura… en el momento actual ¿qué personas aceptarían una inteligencia superior no primate y quienes la rechazarían? Cualquier respuesta necesita pruebas científicas…. Les dejo una foto.
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