Alma Vilches
@AlmaCoLatino
La Comunidad Mons. Romero de Cripta de Catedral recordó en la misa dominical, a los sacerdotes jesuitas, Elba y Celina Ramos, asesinados hace 33 años, por denunciar el abuso, la violencia institucionalizada y persecuciones contra los pobres. A la misa asistió un grupo de mexicanos que visitaron la tumba del obispo mártir.“Recordamos la memoria de nuestros sacerdotes jesuitas y sus dos colaboradoras, quienes estaban en esos momentos tan desastrosos en las instalaciones de la UCA, donde no querían ningún tipo de testigos. En la víspera del 33 aniversario de su asesinato tenemos siempre su memoria, y que siga su legado a los hombres y mujeres de buena voluntad, así como a quienes se resisten a las olas del mal y el lenguaje de odio y prepotencia”, señaló María Teresa Alfaro, miembro de la Comunidad Mons. Romero.
Dijo que muchas actitudes negativas no solo vienen de los gobernantes, sino también de laicos que obstaculizan las relaciones humanas; la violencia puede proceder de personas o grupos entregados a un dominio o deseo de codicia, que tiende a suprimir la vida de otros o sociedades humanas.
Alfaro recordó el mensaje de Monseñor Romero, quien mencionó que la iglesia debe estar unida al sufrimiento de las víctimas, las familias que viven en la incertidumbre de no saber de sus familiares desaparecidos; el entonces arzobispo de San Salvador hizo un llamado a practicar la justicia, el amor y la paz, jamás proclamar palabras de violencia, pues la justicia es perseguida porque anuncia al mismo Cristo, la iglesia no puede ser halagada cuando predica contra los abusos y abusivos.
Monseñor Romero afirmó en ese momento que la iglesia es perseguida cuando predica contra los abusos de poder y los que son fieles a la palabra de Cristo; confirmó su dolor de pastor por la violencia y el crimen, el cual repudió. También, dijo que el día cuando cada hombre se presente a la hora de su muerte para dar cuenta de las obras, ese es el día del Señor, la esperanza y justicia.
Después de 33 años la masacre de los jesuitas aún sigue en la impunidad, pues los 20 militares salvadoreños involucrados no han sido juzgados en El Salvador, aunque enfrentan un proceso en la Audiencia Nacional de España, por el asesinato del rector de la UCA, Ignacio Ellacuría; el vicerrector académico, Ignacio Martín-Baró; el director del IDHUCA, Segundo Montes; el director de la Biblioteca de Teología, Juan Ramón Moreno; Amado López, profesor de Filosofía; Joaquín López, director de Fe y Alegría; y dos colaboradoras, Elba y Celina Ramos.