Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
“Somos testigos de la capacidad que tienen grandes empresarios sobre las autoridades locales y judiciales. Compran voluntades y pasan sobre los pobladores, pero ahora estamos en resistencia y defenderemos Tacuscalco”, afirmó Doris Evangelista, de la Red Uniendo Manos El Salvador (REDICCES).
La activista social, en coordinación con la Mesa de Sustentabilidad de los Territorios de Sonsonate, emprendieron esta mañana tomarse parte del complejo urbanístico “Acrópolis” con una protesta pública, para demandar la cancelación definitiva del proyecto habitacional.
La defensa del sitio arqueológico de Tacuscalco (Los Cerritos) en Nahulingo, Sonsonate, no es antojadiza de este grupo de pobladores, este lugar ha sido declarado “bien cultural” en el año de 1997.
Y su relevancia de interés histórico es por resguardar en sus entrañas las evidencias de la ocupación y segunda batalla de Pedro de Alvarado y sus soldados en el territorio nacional, que data de 1500 a. C. al 1524 d. C.
“El sitio Tacuscalco cumple alrededor de 493 años de esa lucha de nuestros ancestros. Y en conmemoración a esa resistencia, queremos honrar su memoria y tomamos la bandera de lucha para rescatar este sitio de dignidad de un pueblo”, argumentó.
La denuncia de Tacuscalco fue puesta en los tribunales ambientales de Santa Ana cuando los comunitarios se sintieron amenazados en su medioambiente con la construcción del proyecto “Acrópolis”, que disponía el depósito de aguas negras en el río Ceniza, que afirman abastece a casi toda la población de Nahulingo en Sonsonate. “La comunidad se alarmó y nos pidieron apoyo, así que denunciamos en el sistema judicial, el caso Tacuscalco por la contaminación del río Ceniza pero, posteriormente, la Secretaría de Cultura realizó una inspección y se involucró. De inmediato han venido haciendo acciones para frenar la construcción”, relató.
La constructora de la residencial Acrópolis es señalada también por carecer de los permisos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), algunos de los cuales, señaló, están vencidos y los otros no corresponden al área territorial, definidas en las autorizaciones para edificar el complejo habitacional.
“Es lamentable, porque las empresas constructoras o de otra índole siempre se van a escudar en alguien débil para lograr su objetivo, y en este caso están utilizando a nuestra gente que necesita un trabajo, para sobrevivir y llevar el pan a su familia. Es un arma de doble filo, porque estamos conscientes que van a perder empleos, pero el agua o el patrimonio cultural no se puede reconstruir porque al hacer el daño no habrá vuelta atrás”, sostuvo Evangelista.
La toma de conciencia de la población en la defensa de los derechos a un medioambiente sano y la preservación histórica cultural mueve a los activistas sociales y organizaciones ambientalistas, que demandan de inmediato “el paro definitivo de la urbanización Acrópolis”, y así recuperar la tierra y el valor cultural del sitio y salvar al río Ceniza. Esta lucha ha sido duramente señalada y criticada por el sindicato de la construcción, trabajadores de la empresa y los propietarios del complejo residencial, que les acusan de ahuyentar la oferta de empleos y ocupación laboral para sus habitantes.
“Nosotros exigimos un plan de trabajo que ponga en resguardo integral todo el sitio arqueológico. Además, esta comunidad está en medio de un monocultivo de caña que ya contaminó varios ríos y están las quemas, las fumigaciones aéreas, esta población está afectada por todos lados. Queremos que las autoridades escuchen el clamor de los pobladores y tomen una decisión de justicia que dignifique a la gente”, reafirmó.