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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Con una serenata en el balcón del palacio tecleño y alegre alborada, feligreses, alcaldía y autoridades eclesiásticas festejaron a Santa Tecla de Iconio, copatrona de la ciudad que lleva el mismo nombre; los asistentes también disfrutaron de atol shuco y la participación del ballet folklórico municipal. De acuerdo al santoral de la Iglesia católica, cada 23 de septiembre se celebra a la santa, virgen y mártir.
El alcalde de Santa Tecla, Roberto d’Aubuisson explicó que en 2004 el municipio cambió de Nueva San Salvador a Santa Tecla, retomando el nombre de la primera mujer mártir de la era cristiana y discípula de San Pablo. Santa Tecla es la copatrona de la ciudad y el niño Jesús el patrono, cuyas fiestas se celebran en el mes de diciembre.
“El 23 de septiembre celebramos el día de nuestra copatrona, Santa Tecla de Iconio, la celebración comienza con una serenata y termina con la santa misa en la parroquia Inmaculada Concepción; Santa Tecla venía de cuna noble en el imperio romano cuando la religión era politeísta y se seguían a varios dioses, fue una mártir de la fe en los inicios del cristianismo”, detalló el edil tecleño.
La leyenda narra que en el año 48, durante el segundo viaje apostólico de San Pablo, este en compañía de Bernabé visitó Iconio, una ciudad de Asia Menor que hoy forma parte de Turquía, ahí Tecla quedó extasiada con la prédica del apóstol y decidió seguirle en su peregrinar; pero su prometido denunció a San Pablo y fue encarcelado; sin embargo, ella repartió sus joyas entre los pobres y las utilizó para liberar a Pablo.
A partir de este momento, Tecla y San Pablo viajaron juntos a Tarragona, predicaron y consiguieron muchas conversiones, luego ella siguió sola su misión evangelizadora. Fue perseguida por los enemigos del cristianismo, encarcelada y sometida a terribles tormentos que incluyó el atarla entre dos bueyes para despedazarla, pero estos perdieron su fuerza; también la colocaron sobre una pira para quemarla viva y salió caminando ilesa, por fin fue lanzada a los leones quienes lamieron sus heridas y sanó.
Sus perseguidores derrotados, la dejaron en libertad y ella vivió en una cueva en Silifke, localidad de Turquía, dedicada a la oración hasta la vejez, pero luego sus enemigos enviaron soldados para ultrajarla y aprehenderla; Tecla oró para librarse del nuevo tormento y permanecer pura, la cueva colapsó y lo único que quedó al descubierto fue un brazo.
Sus seguidores lo recogieron y trasladaron a Armenia para darle sepultura y rendirle culto, de ahí fue llevado a Tarragona para custodiarlo en la catedral consagrada a su memoria. También se le considera patrona de los enfermos con cáncer de huesos.
