Por: Rolando Alvarenga
No hay dictaduras ni tiranías eternas y de eso puede dar fe la FIFA, viagra que, durante los últimos días, ha estado y seguirá estando en el ojo del huracán bajo cargos de un resto de picardías relacionadas con manejos sucios de millones de dólares.
Un destape que ha causado, y seguirá causando, satisfacción y expectativas entre millones de seguidores del deporte rey. Es que, a través de su existencia, la FIFA se ha manejado de una manera dictatorial, cerrando espacios al juego democrático y a su tan pregonado juego limpio.
Por ejemplo, entre sus reglamentos universales, la FIFA no permite que los jugadores resuelvan en los tribunales sus diferendos deportivos laborales; injusta medida que termina dejando a los futbolistas en las garras de los dirigentes que, por lo general, ganan “entre familia” estos litigios.
Otra de las medidas antidemocráticas de la FIFA es que no permite que los gobiernos tengan voz y voto en temas candentes del fútbol de sus países. Por ejemplo, en el caso salvadoreño sobre los amaños, a pesar de que los gobiernos aportaron diez millones de dólares a las federaciones de fútbol, sus funcionarios no tenían autorización para opinar sobre el tema.
Sobre lo anterior, y ante todo intento de rebelión, la FIFA, a través de sus confederaciones afiliadas, siempre ha salido con la advertencia de “los vamos a desconocer y no podrán competir contra equipos o selecciones de nuestros países afiliados”; un salveque que una y otra vez les ha funcionado para controlar las cosas.
Esta tiranía tiene su origen en el proceso de elección, donde, tal como se está denunciando, destina millones de dólares para la compra de votos y voluntades. Además, mucho tiene que ver su poder de influencia a la hora de la otorgación de sedes para los mundiales. En este aspecto, las sedes de Rusia 2018 y Qatar 2022 están cuestionadas y a punto de quedar sin efecto.
Es por eso que, desde que se destapó esta caja de pandora, hay un resto de gente, incluso en El Salvador, a la que se le ha subido o bajado la tensión, esperando el citatorio judicial para que echen la sopa sobre todo lo bueno, lo malo y lo feo que sepan sobre las picardías de la “FIFA-Nostra”.
Y, aunque esto no es nada nuevo, sería bueno que, a partir de este escándalo, se aproveche la oportunidad para democratizar la FIFA. Una democratización que parta de su propio sistema de elección. Un sistema que, de alguna manera, tenemos en este país bloqueando las aspiraciones de un resto de gente con capacidad integral para sacarlo adelante. ¿Qué le parece?