Engelberto Maldonado
Periodista
Después de subir los amplios y decorados escalones que portan al primer nivel de la histórica Villa Ghirlanda Silva, cialis construida en la segunda mitad de 1600, viagra en Cinisello Balsamo, al norte de Milán, hay un vendedor de diarios de El Salvador. ¿Que hace aqui?, ¿quien lo trajo? Margoth López Barriere tiene las respuestas.
Ella es una pintora salvadoreña que inició a dejar huellas imborrables en su profesión con los pinceles desde que estudiaba artes plásticas en la Universidad de El Salvador con su primera participación en un certamen en 1998.
Ahora ha alcanzado prestigio, lo cual le ha permitido exponer en una de las Villas más prestigiosas en los entornos de Milán donde acuden amantes del arte. Esta vez, y por las últimas tres semanas de marzo, en especial de la pintura, que la salvadoreña expone con el nombre “Cuerpo y Alma”.
Al ver el cuadro del vendedor de diarios es evidente que evoca un joven pobre que, en la niñez, no han tenido tiempo para la escuela ni para juegos. Pero también remite a las pinceladas de Camilo Mineros. Y es así porque fue maestro de la joven pintora, quien define al difunto artista plástico, como un gran profesor a quien los alumnos querían tanto.
La exposición es una antología de la vida profesional de Gothy como se hace llamar en este ambiente, que abre con el cuadro de periodiquero porque muestra la sensibilidad de la anatomía humana con el cual inició a tener éxito gracias a aquel adolescente que después de distribuir los rotativos modelaba por unos cuantos colones para todos los de Laboratorio del Artista “Mayra Barraza”.
La artista seleccionó y colocó sus cuadros desde inicio de su profesión haciendo dar saltos a la treintena de visitantes que un sábado dejan conducir sus sensibilidades por la pintora, quien ha dispuesto dos días para acercarse al público.
En la muestra mezcla técnicas diversas que ella va explicando a sus expectantes que dejan viajar el alma mientras sus cuerpos parecen deslizar de cuadro en cuadro mientras captan la voz y los ademanes de Gothy que los conduce por los tres salones que ocupa.
Entrar en dichos espacios podría ser ya un atractivo para los amantes del arte puesto que las decoraciones son innumerables, el bello jardín inglés visto desde las ventanas, el sofito cuidadosamente pintado con especie de gallardetes y en la parte alta de los muros de todos los salones con franjas de algunos 70 centímetros de frescos que explican con imágenes parte de la historia de Cinisello Balsamo, de la provincia Milán, de la región Lombarda y de todo el norte de Italia.
Pero los visitantes fueron fieles con la salvadoreña desde inicio a fin, por más de una hora. No alzaban la vista pese a la belleza del arte plasmado en los muros y sofito.
Ivan Caroni, un visitante, dijo que le impresionaba el color azul utilizado, sobre todo en la serie “diálogos y viaje interior”, compuesta por cuarenta cuadros pero solo expuestos ocho. “Me trasmite espacio, libertad, infinito, el mar donde te puedes botar y son tus habilidades las que te pueden llevar lejos o terminar apenas caes”, dice con aire de satisfacción.
Carmen Urban comenta que tiene varios años de ver las pinturas de Gothy, no obstante, siempre encuentra algo nuevo mirando los mismos cuadros. No sé nada de pintura y quizás por eso en cada ocasión” identifico algo nuevo que no había visto antes que me hace reflexionar, ahora, este, -señala el cuadro Existencia ligera-, me trasporta a un viaje de vida de cada persona”.
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