Julio Scavino
Con 53, view 6% de los votos de los uruguayos, nurse el candidato del izquierdista del Frente Amplio, discount el oncólogo Tabaré Vázquez (74) gobernará por segunda vez Uruguay, luego de vencer a su contendiente, Luis Alberto Lacalle Pou del conservador Partido Nacional que obtuvo el apoyo de 41,6% del electorado en la segunda vuelta del ciclo electoral 2014 que culminó el domingo 30 de noviembre.
Antes de que se conocieran los resultados oficiales del escrutinio primario de la Corte Electoral, minutos después de las 20.30 horas del domingo 30 cuando terminó la veda electoral, las principales consultoras de Uruguay difundieron los resultados de sus encuestas a boca de urna y coincidieron en el triunfo del candidato del Frente Amplio. Una particularidad de la política uruguaya que se observa desde 1985, es que se admite victorias y derrotas con los datos de las consultoras de mayor prestigio, que obviamente tienen los datos antes de terminados el escrutinio primario de la Corte Electoral.
A los pocos minutos de conocidos los resultados a boca de urna, Lacalle Pou reconoció el triunfo de Vázquez y en su primer discurso el futuro presidente anunció que gobernará con “rumbo cierto”, mediante una “conducción confiable” y con “sentido de nación”.
Según los datos primarios de la Corte Electoral, Vázquez superó a Lacalle Pou por 12,5 puntos porcentuales y obtuvo la mayor cantidad de votos desde que se instauró el sistema electoral de dos vueltas.
BLOQUES SÓLIDOS
Las elecciones de 2014 mostraron una gran solidez en el sistema político uruguayo en el que las preferencias están ordenadas en dos bloques bien consolidados.
Uno de esos bloques es el Frente Amplio que, fundado en 1971, gobernará por tercera vez consecutiva siendo el primer partido de la historia de Uruguay que logra la mayoría parlamentaria también en tres elecciones consecutivas.
En esta elección, los votantes frenteamplistas que tradicionalemente han sido los que más exteriorizaban su voto, esta vez asumieron conductas de “mayoría silenciosa”, ocultaron su preferencia.
Esta novedad, confundió a las encuestadoras, puso en cuestión los modelos de análisis que manejaron con seguridad durante más de dos décadas y mostró que los votantes del Frente Amplio han asumido comportamientos propios de los partidos de gobierno. Esta actitud parece lógica si se tiene en cuenta que el Frente Amplio viene obteniendo las mayorías parlamentarias aun antes de llegar al gobierno nacional en 2005.
Cuando en 2020 Tabaré Vázquez culmine su segundo mandato, la coalición de izquierda llevará quince años seguidos de gobierno, lapso que los partidos Nacional y Colorado no lograron desde 1985. Antes de 1973, cuando una dictadura cívico militar arrasó el sistema democrático uruguayo hasta 1985, solo el partido Colorado había gobernado tres (y más) quinquenios.
Con el triunfo del 30 de noviembre de 2014, el Frente Amplio consolidó su preeminencia electoral y avanzó en un proceso en el que mantiene también mantiene una gran cuota de poder político e influencia cultural.
El otro bloque lo conforman el centroizquierdista Partido Independiente y los conservadores partidos Colorado (de los expresidentes Julio Sanguinetti y Jorge Batlle) y Nacional (del ex presidente Luis Alberto Lacalle Herrera, padre del candidato que resultó derrotado el domingo 30 de noviembre de 2014).
En el bloque opositor, el partido Independiente logró por primera vez tener presencia en el Senado y en la cámara de Diputados.
En el partido Colorado se instaló una fuerte crisis provocada por el hecho de haber tenido su peor votación por segunda vez consecutiva y por cuestionamientos que se dirigieron hacia su actual secretario general Pedro Bordaberry.
Pedro, como se lo llama en campaña electoral, es hijo del ex presidente Juan María Bordaberry que en 1973 dio inicio a la dictadura que asoló a Uruguay hasta 1985. Juan María Bordaberry falleció a mediados de 2011. En febrero de 2010 había sido condenado a 30 años de prisión por atentado a la Constitución, nueve casos de desaparición forzada y dos por homicidio agravado.
El apoyo ciudadano que obtuvo el partido Nacional no alcanzó para desplazar el Frente Amplio del gobierno y fue levemente superior al que tuvo cinco años atrás.
El partido Nacional lleva varios años profundizando un proceso de renovación generacional en sus figuras y en esta elección también apuntó a renovar su discurso y se posicionó con intenciones de renovar también la cultura política uruguaya.
Las expectativas puestas en Lacalle Pou, lo arriesgado de su campaña electoral que se centró en mandar mensajes por “la positiva” y no entrar en las clásicas confrotaciones propias de los períodos electorales, se vieron seriamente afectada por resultado de las urnas.
Al haber centrado la campaña electoral en la persona del candidato, los resultados afectaron la imagen de Luis Lacalle Pou, generaron dudas sobre su capacidad de liderazgo y conducción del partido Nacional y sobre la posibilidad de los nacionalistas de llegar al gobierno y desplazar al Frente Amplio en la próxima década.
PRINCIPALES DESAFIOS
El país que gobernará Tabaré Vázquez, tras varios años de muy buen desempeño económico, viene mostrando signos de enlentecimiento en la economía.
Entre los principales desafíos que le espera al tercer gobierno del Frente Amplio está el ajuste de su infraestructura (carreteras, puertos, transporte ferroviario) para acompañar eficientemente el desarrollo económico y las posibilidades que el país tiene por delante, la transformación profunda del sistema educativo, principalmente en la enseñanza media y lograr mayores respuestas en materia de seguridad ciudadana.
Uruguay presenta indicadores de seguridad pública que si bien desde otros países de la región pueden ser vistos como no tan graves y en algunos casos hasta insignificantes, para los uruguayos dan cuenta de un incremento real de la actividad delictiva, un decaecimiento de la seguridad pública y el consiguiente empeoramiento de la percepción que la sociedad tiene del fenómeno.
MUJICA AL SENADO
La elección que el domingo 30 aseguró el tercer gobierno del Frente Amplio ocurrió exactamente treinta años después de que los uruguayos, en plena dictadura, rechazaran en las urnas un proyecto de reforma constitucional elaborado por los militares.
El 30 de noviembre de 1980 y con escasísimas posibilidades de difundir sus puntos de vista, el No venció a la propuesta de los militares y el hecho marcó un mojón en el camino que llevó al país a la recuperación de sus instituciones democráticas.
En aquellos días, el actual presidente José Mujica era uno de los rehenes de la dictadura, situación que afectaba a otros ocho de sus compañeros dirigentes del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN) que fundó Raúl Sendic a principios de la década de 1960.
En la noche del 30 de noviembre de 2014, uno de los hijos de Sendic -Raúl como el padre- fue electo vicepresidente de la República y su voto le asegura al Frente Amplio la mayoría en la Cámara Alta.
Miembro más que destacado del próximo Senado será el hoy presidente José Mujica que resultó electo por el Movimiento de Participación Popular (lista 609). Mujica ya anunció que ocupará la banca a partir del 1° de marzo de 2015.
Ese día Mujica le devolverá a Tabaré Vázquez la banda presidencial que el oncólogo le entregó el 1° de marzo de 2010.
La anécdota podrá resultar aburrida pero no dejará de ser una muestra más de la solidez del sistema político uruguayo y del Frente Amplio.
También podrá ser leída como un paso más en la consolidación de una era de gobiernos del Frente Amplio en el siglo XXI similar a la que protagonizó el partido Colorado por más de noventa años durante el siglo XX.