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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Entre cánticos de alegría y júbilo, los católicos celebraron con la procesión y misa de resurrección, que Jesucristo venció la muerte y retorna victorioso después de haber sido crucificado. Durante la celebración eucarística del Domingo de Resurrección se enciende el Cirio Pascual que permanecerá encendido por 50 días, tiempo que dura la Pascua.
Este día la iglesia católica celebra el sentido de la fe, porque festeja la resurrección de Jesús, cuando Cristo triunfante sobre la muerte abre las puertas del cielo, es un día de fiesta y gozo porque Cristo ha resucitado, la tumba está vacía, la humanidad está salvada, es momento de abrazar esa salvación testificando una verdadera vida cristiana.
El arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, expresó durante la misa de resurrección en Catedral Metropolitana, que Cristo resucitado viva en cada uno, les proteja y bendiga siempre. Esta celebración es la más grande de las fiestas, es el triunfo total del bien sobre el mal; de la vida sobre la muerte; de la gracia sobre el pecado.
“Dios en su gran bondad nos creó para vivir en su gracia y siempre fuéramos felices, en paz, sin dolor ni enfermedad, sin violencia, en amistad con el Señor; Cristo ha resucitado y nosotros con él, la resurrección de Cristo nos toca a nosotros directamente, nos transforma, cambia nuestras vidas, Jesucristo está en la comunidad, pero también está en cada persona que sufre, en el pobre y en el enfermo”, manifestó Escobar Alas.
Según el Papa Francisco, un cristianismo que busca al Señor entre los vestigios del pasado y lo encierra en el sepulcro de la costumbre es un cristianismo sin Pascua, por eso es necesario no tener miedo de buscar a Jesús en el rostro de los hermanos, en la historia del que espera y sueña, en el dolor del que llora y sufre. El Señor ha resucitado, es importante levantar la mirada, quitar de los ojos el velo de la amargura y la tristeza, y abrirse a la esperanza de Dios.
“No podemos celebrar la Pascua si seguimos quedándonos en la muerte, si permanecemos prisioneros del pasado, si en la vida no tenemos la valentía de dejarnos perdonar por Dios, de cambiar, de terminar con las obras del mal y decidirnos por Jesús y por su amor; si reducimos la fe a un amuleto, haciendo de Dios un hermoso recuerdo de tiempos pasados, en lugar de descubrirlo como el Dios vivo que hoy quiere transformarnos a nosotros y al mundo”, manifestó en su mensaje el sumo pontífice.
Con la celebración de resurrección finaliza las actividades de Semana Santa y comienza el tiempo pascual, el más fuerte de todo el año, que se inaugura en la Vigilia Pascual y se celebra durante siete semanas hasta Pentecostés.
