Madrid/París/dpa
El Atlético de Madrid y el Mónaco avanzaron con mucho suspenso a los cuartos de final de la Liga de Campeones de fútbol, troche después de eliminar al Bayer Leverkusen y al Arsenal, try respectivamente.
El actual subcampeón del torneo logró su pasaje en la tanda de penales, después de ganar por 1-0 en un pobre encuentro jugado en Madrid. Y el conjunto francés lo hizo a pesar de perder por 2-0 en su casa ante un Arsenal que fue muy superior, pero que pagó muy caro su mal partido en el encuentro de ida.
El estadio Vicente Calderón vivió una agonía y estalló de alegría al ver a su equipo en la siguiente ronda. Lo mereció porque arriesgó un poco más que su rival, pero todo se resolvió en la ruleta de los penales, donde el conjunto rojiblanco sonrió por su fortuna. “Lo que nos caracteriza es que somos un equipo, un equipo con mayúsculas”, dijo el autor del gol, Mario Suárez, resaltando la actuación de los menos habituales.
“Nos da igual el rival, van a estar los mejores y nadie querrá enfrentarse a nosotros”, añadió.
Nadie se acordará ya de un mal partido de fútbol porque la emoción cubrirá cualquier análisis del choque. Lo único que ocurrió en la primera parte fue el afortunado gol del Atlético de Madrid. Fuera de eso, se sucedieron los balones al aire, las fricciones, las interrupciones, las patadas, los reclamos al árbitro y las entregas al contrario. Mucha tensión y poco fútbol dentro de una noche en la que acompañaron el frío y el viento.
Lo primero que buscó el Atlético de Madrid fue mantenerse firme en defensa y buscar las segundas jugadas a partir de los despejes del contrario. La elaboración no le apeteció demasiado.
El Bayer Leverkusen jugó muy incómodo y su estadística habló de una improductividad evidente: ningún disparo entre palos hasta la prórroga.
Hasta que llegó el afortunado gol del Atlético a los 27 minutos. Mario Suárez capturó un despeje y disparó, el balón se desvió en un defensa, varió la trayectoria y entró en el arco visitante. Fue el delirio en el Vicente Calderón.
Y después no ocurrió nada más que no se hubiera visto antes: hiperexcitación, más patadas, reclamos al árbitro, jugadores por el suelo… En este escenario pocos equipos se mueven mejor que el Atlético de Madrid.
El Bayer Leverkusen fue muy poca cosa en la segunda parte. Ya no es que no creara ocasiones, sino que apenas encontró caminos para acercarse al área rojiblanca. Con tan pocas individualidades activas, el partido iba estar en una jugada puntual, en una acción individual.
Pero nada de esto ocurrió, por lo que el duelo se fue a la prórroga. Con los dos equipos agotados, aparecieron tímidas ocasiones para los dos, pero el resultado permaneció igual y todo se resolvió en la tanda de penales. Pareció que era lo que quería el Bayer Leverkusen, no tanto el Atlético, que siempre arriesgó más que su rival.
En la suerte fatídica, el Atlético de Madrid tuvo más sangre fría -sólo un poco más- que su rival y ganó la tanda por 3-2. El delantero Kiessling mandó el último lanzamiento a las nubes para llanto alemán y alboroto español. En Mónaco, la derrota 3-1 en Londres fue un contrapeso imposible de levantar para el Arsenal, a pesar de que fue muy superior en el encuentro disputado hoy en el estadio Luis II. Los goles del francés Olivier Giroud, a los 35 minutos, y de Aaron Ramsey, a los 79’, ilusionaron al equipo de Arsene Wenger con poder concretar la remontada, pero al conjunto inglés le faltó precisión en el momento de definir para conseguir la diferencia que necesitaba.
“Siempre quedamos eliminados por el Barcelona o el Bayern Múnich, por lo que pensábamos que con el Mónaco, con todo respeto por ellos, tenías una gran oportunidad, pero fallamos en el partido de ida y nos dimos un duro golpe”, se lamentó Ramsey.
Una visión parecida tuvo su compañero Petr Mertesacker. “El mejor equipo pasó. Mónaco se lo merecía porque jugaron mucho mejor en el partido de ida. Jugamos bien hoy, pero fue era déficit enorme, y no fue suficiente esta noche”, añalizó el defensor alemán.
A los 35, Giroud pudo por fin vencer al arquero Danijel Subasic, que tapó en primera instancia, pero nada pudo hacer cuando el rebote le cayó al propio delantero.
El Arsenal pudo anotar el segundo gol antes del descanso, en su mejor pasaje del partido, pero la fortuna no jugó a su favor. Tras el 1-0, la posibilidad la tuvo Welbeck, aunque su tiro fue bloqueado desde el piso por el tunecino Aymen Abdennour.
Y más tarde, Subasic salvó dos veces su arco, primero ante un tiro de Giroud y después frente a la entrada franca de Welbeck.
La búsqueda del Arsenal recién tuvo su premio a los 79’, cuando Ramsey tomó un mal despeje de la defensa del Mónaco tras un tiro al palo de Theo Walcott y venció al arquero con un remate raso.
Los últimos minutos fueron de pura emoción. Subasic volvió a ser el héroe de su equipo al salvar con lo justo ante un cabezazo de Giroud.
Así llegó el final, con el Mónaco clasificado y el Arsenal con su honor a salvo por haber merecido más, pero con la frustrante sensación de haber perdido la eliminatoria en el partido de ida.