Gabriel Gálvez Schriber, F.R.C. (No. 3)
La Realidad Única: Dios, Absoluto o Cósmico
La religión “dualista” establece la creencia en la existencia de una divinidad buena o benévola y, en oposición a ella, un personaje malvado.
Entre las religiones que profesan el dualismo está el zoroastrismo con Ahura Mazda, el Dios de la Ley de la Bondad, y su opuesto, Ahriman, representante de la Obscuridad y el Mal, quienes están en constante pugna por la posesión del alma de los hombres.
En el judaísmo, cristianismo e islamismo, está nuestro conocido personaje Satán, por lo tanto, aquel que acepta la idea de Satán, no es un monoteísta sincero en su creencia.
De acuerdo con la teoría y doctrina del ‘monismo” el Universo es uno, -un Todo coherente y organizado— sus procesos continúan de acuerdo con los principios uniformes y naturales. Los monistas creen que todo lo que existe procede por determinación de la Realidad Única, llamémosla Dios, Absoluto o Cósmico.
Ellos grafican sus conceptos con un círculo que representa la monada, el Uno, de lo cual consiste la idea del monismo. De él irradian varias líneas, las que representan todas las diferentes manifestaciones o expresiones del Universo mayor. Todas son parte del Uno, del Círculo, pero todas son determinadas por Él.
El inconveniente del monismo es que hace un títere del hombre. Él es y hace solo lo que constituye el proceso racional del Uno. No puede alterar o desviarse del curso de su propia naturaleza, que es la parte del todo monista y está gobernada por él. De acuerdo con este concepto, el hombre nunca cambia nada realmente, cualquier cosa que hace es parte de un proceso establecido que tenía que seguir por virtud de lo que Él es.
La doctrina del “panteísmo” se define como siendo Dios la totalidad de las cosas y aun lo que ha de ser. Una estrella, una rosa o un hombre, no importa cuán diferentes son, todos forman parte de Él, es decir, Dios penetra todas las cosas. El panteísmo no representa a un Dios vengativo o celoso, como tampoco es concebido ni bueno ni malo.
Concepto científico de Dios
La ciencia también tiene su propio concepto a cerca de Dios. Sabemos que la ciencia es empírica, objetiva y analítica. Se ocupa de la causalidad, es decir, de la causa y del efecto. Generalmente adopta la posición de la actualidad, es incolora, sin sonido y sin forma y que tales cualidades que he señalado solamente existen en la mente de los hombres.
Para la mayoría de los hombres, Dios parece ser necesario como una causa, un propósito final. Sin embargo, desde el punto de vista estrictamente científico, Dios es una causa inferida, no una causa objetiva experimentada. Por ejemplo, la geografía ha mostrado la enorme edad de la Tierra apoyada por el método de estimación de las fechas por medio del Carbono 14, que sobrepasa grandemente el origen de la Creación expuesta por teólogos prosaicos. Asimismo, la arqueología ha iluminado las fases de la sociedad del hombre cambiando completamente el tiempo estimado por los devotos fanáticos. La Medicina ha demostrado el origen de las enfermedades y las plagas, atribuyéndolas a la falta de medidas sanitarias, dietas inapropiadas o desprecio por la higiene, más bien que a disgusto divino.
La psicología afirma, y probablemente probará, que la mayor parte de lo que el hombre ha llamado alma hasta ahora es una motriz de sensibilidades y sensaciones más finas, el resultado de emociones más profundas que brotan de la misma fuerza de vida en el organismo. En otras palabras, estas sensaciones internas son otro aspecto de la corriente de consciencia que el hombre ha llamado alma por falta de comprensión.
Entonces surge nuevamente la pregunta que hicimos al comienzo: ¿existe o no Dios?
Existe una doctrina conocida como “absolutismo”, con la que simpatizo abiertamente. Este concepto expone que el Cosmos, como un Todo, es Absoluto. Con esto se quiere decir que es incondicional, infinito, autodeterminado y autosuficiente. En Él todo tiene su lugar, por lo que se puede llamar a lo absoluto Dios. Si suponemos que el Absoluto es autodeterminado, es decir, que por sí mismo crea las particularidades de la realidad de su propia naturaleza, entonces el Absoluto es consciente. Es la llamada Consciencia Divina, siendo nuestro ser personal, la consciencia individual que existe dentro del Reino de la Consciencia Universal o Divina, de modo que nunca estamos separados o alejados de esta Divina Consciencia.