JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO
Para el pedagogo español de origen mallorquín, Rafael Bisquerra Alzina, la inteligencia social es un modelo de personalidad y comportamiento individual, que tiene conocimiento de sí mismo y del mundo y utiliza ese conocimiento para manejar sus emociones y conducir su comportamiento hacia metas propuestas 1. En su artículo “Orientación y Educación emocional”2 opina que las relaciones sociales que establecemos diariamente tienen la capacidad, de moldear nuestros estados de ánimo. Al mismo tiempo, nosotros ejercemos influencia análoga en los demás. Por tanto, la inteligencia social es la comprensión profunda del influjo de las relaciones sociales en nuestra vida y en la de los demás.
LA NUEVA CIENCIA DE LAS RELACIONES HUMANAS
En la obra “Inteligencia Social: la nueva ciencia de las relaciones humanas”3, el psicólogo estadounidense Daniel Goleman dice que cada vez que tenemos un encuentro interpersonal, se ponen en marcha los circuitos sociales del cerebro. Nos informa que la neurociencia puntualiza que cuando nos vemos obligados a tomar decisiones sociales, las células fusiformes son las que entran en actividad. Mientras que las neuronas espejo nos inducen a sentir lo mismo que otra persona. Y activada la amígdala, esta se apropia de ciertos puntos claves del cerebro dirigiendo nuestro pensamiento, atención y percepción.
La vía larga neuronal se da cuando los impulsos visuales van del ojo al tálamo y desde el tálamo hasta la corteza visual. Mientras que la vía corta, la vía alterna, transmite directamente la información del tálamo a la amígdala. La vía superior es serenamente racional y nos ayuda a pensar los que estamos sintiendo. La vía inferior está cargada de emoción y opera en base a los sentimientos. El sistema nervioso transmite los estados de ánimo a la musculatura facial. La expresión facial que acompaña al relato, es la que provoca la activación de diferentes regiones cerebrales. En consecuencia la cordialidad, la comprensión, la autenticidad del otro, es decir, los vínculos no verbales del rapport, nos permiten sintonizar el estado de ánimo y el ritmo de la otra persona y entrar en sincronía. Efectivamente, la resonancia emocional es la sensación de conexión que nos permite conectarnos o acoplarnos con otra persona.
Los circuitos cerebrales de las personas implicadas en una interacción, operan en paralelo facilitando un contagio emocional. Especialmente porque la función de las neuronas espejo es imitar y reproducir las acciones que observamos en los demás. Son estas neuronas las que advierten determinada emoción en el rostro del otro. La atención es primordial para establecer una conexión emocional con otra persona. Su ausencia hace imposible la empatía, la cual es el preludio de la acción compasiva. La empatía comprende conocer los sentimientos de la otra persona, sentir lo que está sintiendo y responder compasivamente. La primera impresión en las relaciones interpersonales induce un proceso de toma de decisiones. En las neuronas fusiformes se asientan estos juicios. Una densa red de células fusiformes, llamadas así por su forma de huso, conectan la corteza orbito frontal con la parte superior del sistema límbico, alineando la atención y pensamientos con nuestros sentimientos. En el primer momento que nos encontramos con alguien, estas áreas neuronales esbozan un juicio inicial, luego sobreviene como debemos reaccionar a la persona implicada. Es la corteza orbito frontal la que elabora la respuesta más apropiada.
Los ingredientes de la inteligencia social son la conciencia social, lo que sentimos sobre los demás y la aptitud social, lo que hacemos con esa conciencia. La conciencia social está compuesta por la empatía primordial, es decir, la capacidad de interpretar adecuadamente las señales emocionales no verbales. La sintonía, que comprende escuchar de manera íntegramente receptiva. La exactitud empática que se refiere a comprender pensamientos, sentimientos e intenciones de los demás. Y la cognición social, que puntualiza entender el funcionamiento del mundo social. El espectro de la aptitud social comprende la sincronía, la capacidad de comunicarse a nivel no verbal. La presentación de uno mismo, saber presentarnos a los demás. La influencia, que apunta a dar forma adecuada a nuestras interacciones sociales. Y el interés por los demás, capacidad de interesarse por las necesidades de los demás y actuar en consecuencia.
El psicólogo estadounidense Paul Ekman pionero en el estudio de las emociones, propone como método de adiestramiento de la empatía primordial, centrarse en las micro expresiones faciales, las cuales son señales emocionales que aparecen fugazmente en el rostro. La capacidad de detectar la falta de sinceridad puede aumentar, al perfeccionarnos en detectar micro expresiones faciales. Goleman sostiene que hay dos modalidades de relación interpersonal: la relación “Yo-Ello”, que es una relación instrumental carente de empatía y conexión con la realidad subjetiva del otro. Y la relación “Yo-Tu” refleja una conexión especial de proximidad en la relación. La Triada Oscura de la Personalidad (TRIOPE) comprende al narcisismo, maquiavelismo y psicopatía, que carece de capacidad de contacto con los demás. El narcisista se considera merecedor de la gloria y se interesa muy poco en los efectos de sus acciones sobre los demás. El maquiavélico utiliza estrategias para alcanzar y mantener el poder sin importar los medios utilizados. Los psicópatas presentan una curiosa distorsión de la empatía y no reconocen el miedo ni la tristeza en el rostro de los otros. Los integrantes de la Triada Oscura de la Personalidad no experimentan las emociones “morales”: remordimiento, vergüenza o culpa.
La visión mental es la capacidad de entender lo que puede estar ocurriendo en la mente de otra persona. Si se carece de esta capacidad no podemos amar, ni cuidar, ni cooperar con los demás. El cerebro “masculino” presenta una asombrosa capacidad de concentración, pero, no muestra visión mental ni circuitos ligados a la empatía. Mientras que en el cerebro “femenino” destaca la empatía y la comprensión de pensamientos y sentimientos de los demás. La epigenética estudia los mecanismos que regulan la expresión de los genes. El ambiente en que nos movemos programa nuestros genes y determina su grado de activación. El alimento que ingerimos activa o desactiva muchos genes. Igualmente nuestras experiencias sociales pueden determinar la activación o desactivación de interruptores genómicos. Cuanto más veces ocurra determinada interacción durante la infancia, más profundamente quedará impresa su huella en los circuitos cerebrales. Padres conectados con el niño proporcionarán un fundamento seguro, sensación básica de seguridad, donde la corteza orbito frontal florecerá adecuadamente. Padres insensibles y ofensivos propician que la corteza orbito frontal se desarrolle inadecuadamente. Un cerebro “equilibrado” estaría capacitado tanto para la empatía como para la sistematización. Por tanto, el objetivo del parentaje es desarrollar la resiliencia social, que el niño aprenda a recuperar la alegría suceda lo que suceda.
Cuando se entrelazan la atracción sexual, el apego y el cuidado podemos vivir un auténtico romance. La atracción sexual es el punto de partida, el apego mantiene unida a la pareja y el cuidado, protege a nuestros hijos para que puedan crecer. La forma de cuidar a nuestra pareja es ofrecerle un refugio para que pueda enfrentarse al mundo. El apego ansioso dificulta el impulso de exploración del otro. El apego seguro libera dosis de atención y energía para dedicarla a las necesidades de los demás. El apego evasivo rehuye a las emociones intensas y no advierte la existencia de ningún problema. Las relaciones tóxicas son un factor de riesgo de enfermedad y muerte, por la liberación crónica de cortisol debido a las situaciones de estrés que provocan. Simultáneamente el eje “hipotalámico-pituitaria-adrenal” y el sistema nervioso simpático vinculan el estrés a la salud. El modo en que una relación influye en la salud, depende de la sumatoria de interacciones positivas o negativas que tengamos a lo largo de meses o años.
En cualquier relación nutricia, cada uno de los miembros de la pareja ayuda al otro a gestionar sus sentimientos más angustiosos. Asimismo, no solo ayudamos a los demás a nivel emocional sino también a nivel biológico, por ejemplo, el amor es un ingrediente activo en cualquier tratamiento en pacientes delicados. De la misma manera los mejores jefes son personas seguras, empáticas y conectadas. La institución correccional debe proporcionar un clima emocional que provea fundamento seguro y practicar la justicia retributiva en la lucha contra delincuencia juvenil. Además “Nosotros-ellos” escinde el mundo en dos y hace imposible la empatía. La conexión emocional es requisito esencial para vencer los prejuicios. Perdonar no implica olvidar, pero, es un antídoto para acelerar procesos sanatorios a nivel biológico y a nivel de relaciones interpersonales. El autor afirma que las personas más ricas no son las más felices. La felicidad depende de las personas con las que uno se relaciona, en otras palabras, de la calidad de nuestras relaciones.
ÍNDICE GLOBAL DE FELICIDAD
Goleman denuncia que en las sociedades modernas hay una preponderancia de las relaciones “Yo-Ello”. Propone que la política pública debería tener en cuenta la sensación de bienestar y no centrarse en la economía. Por eso está de acuerdo en el Índice Global de Felicidad propuesto en mil novecientos setenta y dos por el Rey de Bután, Jigme Singye Wangchuck4. El Índice Global de Felicidad es una publicación anual de las Naciones Unidas que mide la felicidad en ciento cincuenta y siete países (157) basándose en el producto interno bruto, esperanza de vida, generosidad, apoyo social, libertad y corrupción. Se utiliza la encuesta mundial de Gallup y se pide a los encuestados que puntúen su vida del cero al diez. Cero es la peor vida posible y diez la mejor vida posible. En el dos mil diecinueve, El Salvador se sitúa en el puesto treinta y cinco (35º) con un Índice de Felicidad de seis punto dos cientos cincuenta y tres (6.253)5.
(Endnotes)
1.La inteligencia social, clave para una vida plena. En: http://www.orientacionbmb.com/la-inteligencia-social-clave-para-una-vida-plena/
2.Bisquerra Alzina, Rafael. Orientación y educación emocional. En: http://www.ub.edu/grop/wp-content/uploads/2014/03/Conclusiones_IIencuentro_at_div-13-36.pdf
3.Goleman, Daniel. Inteligencia Social: la nueva ciencia de las relaciones humanas. En: https://etikhe.files.wordpress.com/2013/08/goleman-daniel-inteligencia-social.pdf
4.Felicidad nacional Bruta. En: https://es.wikipedia.org/wiki/Felicidad_nacional_bruta
5.El Salvador-índice Mundial de la Felicidad. En: https:datosmacro.expansion.com/demografía/índice-felicidad/el-salvador