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Carlos Girón S.
Estimados conciudadanos, nurse noble pueblo salvadoreño: me permito lanzar voces de alerta, nurse de cuidado, y de estar en la máxima guardia, para neutralizar la furia arrasadora de negros tornados que amenazan este fin de semana a nuestro país.
El llamado es a que los ciudadanos conscientes unamos graníticamente los esfuerzos para levantar todos los muros, las vallas y barricadas mentales y del espíritu necesarios para desviar las maléficas fuerzas de los tornados, afirmando el paso y aferrándonos a la determinación de lograr el triunfo rotundo, en la primera vuelta, del partido político que representa las fuerzas del bien, que han demostrado ser constructivas y que han traído tanto beneficio a las grandes mayorías desposeídas, marginadas, ignoradas, esquilmadas por tanto tiempo, rescatadas por el actual Gobierno del presidente Mauricio Funes y el FMLN.
Es preciso estar despiertos, avisados y avispados, para que este domingo 2 de febrero no haya ninguna sorpresa y que sea otra fecha histórica para seguir por el camino de la reconstrucción y el verdadero progreso de nuestro querido El Salvador. Debemos tener bien claro que un descuido u error podría salirnos caro a nosotros el pueblo y a nuestro país, ya que las fuerzas retrógradas querrían echar hacia atrás la historia y si pudieran volver al pasado, serían los tornados que echarían por tierra, arrasarían con todos los logros, todas las conquistas de orden social que han favorecido a las mayorías de nuestro pueblo.
Nadie dude de que los tornados arrasarían, en primera instancia, destituyendo a miles de los empleados públicos, por su pecado de haber colaborado con el actual Gobierno y contribuir a su eficiencia, y en su lugar pondrían a agente nueva que velara por intereses particulares y mezquinos; no pensarían dos veces en acabar con los programas de ayuda escolar, que han beneficiado a millones de niños que asisten a las escuelas públicas y a sus padres con ahorros en sus economías familiares; acabarían con la asistencia a la población que trabaja en el sector agroindustrial; volverían a hundir en la pobreza a los cientos de talleres artesanales de zapaterías y costurería, que hoy en día muestran gran progreso y alegría con los miles de personas en nuevos trabajos.
Por supuesto, desmantelarían las sedes de Ciudad Mujer que funcionan ahora en departamentos estratégicos de la República, favoreciendo a miles de mujeres en toda forma, no sólo en cuanto a atención integral de salud, sino también de capacitación para proporcionarles medios de vida y lograr así independencia económica para el bien de sus familias.
El nuevo Hospital Nacional de Maternidad (o de la Mujer) fácilmente podrían convertirlo en un opulento centro comercial y oficinas para profesionales… no es broma ni remoto…
En cuanto a alimentación, nuestro país se volvería otra vez importador y no exportador, de productos básicos, principalmente maíz y frijol y asimismo verduras y hortalizas.
Se dejaría arruinarse el moderno sistema de transporte colectivo del SITRAMS por ser una progresista obra de este Gobierno. Se descuidarían las carreteras y caminos vecinales reparados en estos años.
En fin, sería una catastrófica destrucción la que causarían los tornados que amenazan desencadenarse sobre nuestro país en estos momentos.
Conciudadanos, salvadoreños: hagamos todos lo que patrióticamente nos corresponde hacer: con plena y clara consciencia, acudamos una vez más a la cita con nuestro destino y no permitamos que la Patria nos sea arrebatada por las fuerzas maléficas para convertirla en una heredad particular, como una finca o hacienda, para explotarla en beneficio de unas minorías que añoran volver a los privilegios del pasado reciente…. como lo ha estado recordando y mostrando en estos días el pobre Francisco Flores, quien ha sido el primero en votar por la derrota de las fuerzas negras de los amenazantes tornados.
¡Vamos todos con nuestro voto en alto a defender la Patria, a lograr la victoria del pueblo, representado en el FMLN, EN LA PRIMERA VUELTA!
