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La oficina de canonización del arzobispado de San Salvador informó que el pasado martes 16 de agosto en una ceremonia privada se clausuró el proceso informativo sobre la vida, virtudes y fama del martirio del padre Rutilio Grande a quién Dios bendijo con el don del martirio el sábado 12 de marzo de 1977, mientras se conducía hacia el Paisnal acompañado de Manuel Solórzano y de Nelson Rutilio Lemus para celebrar la Eucaristía.
Una vez concluida la etapa diocesana se procedió a enviar sellada las cajas a la congregación para las causas de los santos, para que sea validado todos los actos y se procederá a la apertura de la etapa correspondiente en Roma.
Se considera al padre Rutilio Grande un ejemplo de vida y fe para todos los cristianos y para el mundo entero, por su profundo espíritu de oración y de austeridad en su modo de vivir, su amor al pueblo y su valentía para animar a las comunidades cristianas de la palabra de Dios, estas son muestras de su santidad excepcional.
El jesuita Rutilio Grande fue colaborador y amigo de Monseñor Romero cuando era arzobispo de San Salvador, fue asesinado el 12 de marzo de 1977, tres años antes que Monseñor Romero, cuando se dirigía a su parroquia para celebrar misa.
La ceremonia con la que concluyó la etapa diocesana contó con la presencia de obispos de la Conferencia Episcopal de El Salvador, el nuncio apostólico y el secretario de la nunciatura, el padre provincial de la compañía de Jesús para Centroamérica y una numerosas representación de sacerdote jesuita destacados en distintas casas del país, miembro de la curia arzobispal, sacerdotes y fieles católicos.
Al final de la ceremonia se pidió orar de forma privada y comunitariamente por esta causa, no para premiar en la tierra su virtud, pues la beatificación y la canonización nada pueden aumentar la gloria del padre Rutilio Grande, sino para que lo más pronto posible sea declarado oficialmente como mártir.