Francisco Javier Bautista Lara
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El 1ro de octubre nació Rubén Darío Sánchez (1907 – 1948), physician hijo de Francisca Sánchez del Pozo (1879 -1963), mientras su padre preparaba el regreso a Nicaragua en donde fue recibido con gran pomposidad el 23 de noviembre, después de quince años de ausencia. Sus propósitos eran -según Fidel Coloma (1987)-, además de redescubrir la patria, “deseaba volver a ver mi patria natal. Había en mi algo como una nostalgia del trópico” (El viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical), obtener de Zelaya el nombramiento de Ministro en España y gestionar el divorcio de Rosario Murillo, “la garza morena”, con quien contrajo matrimonio en segundas nupcias en 1893 (en 1890 se casó en El Salvador con Rafaela Contreras –Stella- de quien quedó viudo al poco tiempo; de la unión nació Rubén Darío Contreras, primogénito). Francisca, compañera de vida de Darío durante catorce años, con las intermitencias de sus viajes, las tribulaciones económicas y personales inseparables, según Pablo Antonio Cuadra (P.A.C.): “vino a llenar el vacío, insondable de una madre y de una esposa, amores fundamentales que por su destino trágico le fueron negados al más grande poeta de nuestra lengua”.
La escritora española Carmen Conde Abellán (1907 – 1996), – en 1979 primera mujer en la Real Academia de la Lengua-, publicó “Acompañando a Francisca Sánchez”, en el 98 aniversario de la muerte de Darío (1964), con apoyo de la Mesa Redonda Panamericana de Managua, de Leonor G. de Estrada y Esperanza Bermúdez de Morales (ex directora de la Cruz Roja Nicaragüense, fallecida en 2013). El libro resume la vida de Francisca Sánchez junto a Darío, incluye confidencias y correspondencia de esta sencilla mujer española, campesina, a quien el poeta enseñó a leer y escribir, con quien logró una cercana relación afectiva hasta su salida a América. Comenta Jorge Eduardo Arellano que la publicación no contó en España con apoyo de ninguna editorial, debido en parte a que, en el contexto de mediados del siglo pasado, consideraron “inconveniente” referirse a la mujer de Darío que no era la esposa.
“Güicho”, declarado único heredero por el poeta, asistió al Colegio de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en Barcelona y Madrid. El 24 de marzo (1915), estando Darío en Nueva York, Francisca escribe desde Barcelona que los religiosos del Colegio le han dicho que para la primera comunión de “Guichin” (23 de mayo), si no está el padre, debe asistir un amigo que represente al hombre para que vaya con ella y les lleve al altar mayor. El hijo nacido fuera de matrimonio, estudiando en colegio religioso, tuvo junto a la madre, algunas dificultades, sin embargo, contó con la comprensión de los Hermanos de La Salle.
P.A.C. escribe en el Prólogo de la agotada publicación, que la mujer “fue fiel y ejemplar esposa suplente”, y que “todo presiona para que se olvide su ilegitimidad…”. Darío “no buscó en Francisca Sánchez lo que generalmente busca el hombre en la concubina, en la querida, en la amante… buscó en ella el hogar, la fe, la protección, el cariño, la paz…”
Al conocer por la prensa sobre su muerte en León (6/2/1916), Francisca Sánchez, fue sensiblemente impactada. Recibió numerosas condolencias, incluyendo la que compartimos, del director del colegio en donde estudiaba el hijo. El Hno. Anselmo se refirió a ella como “respetable y distinguida señora”, “viuda”, le expresó el pésame por su madre recién fallecida (28/10/1915) y por el “esposo”. La recomendó para que R.D.S., de ocho y medio años, continuara en el colegio de los Hermanos en Madrid.