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Conferencia Episcopal decreta el “Año a Monseñor Arturo Rivera y Damas”

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

“Monseñor Rivera y Damas dejó siempre una huella, una enseñanza y tenemos Cartas Pastorales, y una de las más profundas a la Virgen María, -era totalmente mariano-. Cuando inició la ofensiva de la guerrilla en 1989, vamos a la capilla, y le dijo a la Virgen: tienes que protegernos”, recordó el cardenal Gregorio Rosa Chávez, quien fue el auxiliar de Rivera Damas.

“Las cartas de monseñor Rivera y Damas eran de gran sabiduría y muy actuales, por tanto, mucha enseñanza, de él tenemos mucha información y documentos hablando de la palabra de Dios”, manifestó el cardenal.

Sobre momentos difíciles del país -en búsqueda de la paz- el cardenal, recordó que en 1988, cuando le preguntaron junto a otros sacerdotes ¿Cómo terminar con la guerra?, y ¿que proponían?, redactaron todo un documento que respondía a todas esas preguntas que fue entregada a los partidos políticos y las partes en conflicto.

“El fue quien inició el proceso de paz, contra toda corriente, contraria, y otras cosas, primero señalando que es posible alcanzar la paz, segundo, invitar a la gente a trabajar por los derechos humanos. Fue un líder en derechos humanos con Tutela Legal del Arzobispado, con María Julia Hernández”, reseñó el cardenal.

“Y cuando se firmaron los Acuerdos de Paz en México (1992), en el acto oficial no había una silla para él, tuvo que esperar de pie mientras la llevaban, sin reconocer los aportes de la iglesia en el proceso de paz”, reseñó el Cardenal.

Oficialmente, los obispos de El Salvador, que integran la Conferencia Episcopal de El Salvador, decretaron por unanimidad dedicar este año a la memoria de Monseñor Arturo Rivera y Damas con motivo de su centenario de su nacimiento, quien ha sido como conocido como “artesano de la paz”.

Monseñor Jerónimo Arturo Rivera y Damas nació el 30 de septiembre de 1923, en el municipio de San Esteban Catarina , departamento de San Vicente, miembro de una familia de 14 hermanos, que profesaban una profunda fe católica.

Sobre su ingreso a la congregación de los padres salesianos, fue relatada por Monseñor Elías Samuel Bolaños, Obispo de Zacatecoluca, La Paz, quien señaló que fue un estudiante interno del Colegio Santa Cecilia, de donde se graduó a sus 19 años de edad.

“Él fue el primer salesiano salido del Colegio Santa Cecilia -siempre se le recordó por esto- una vez terminado su bachillerato entra al noviciado y prosigue sus estudios primero en el Instituto Internacional Don Rua, estudia filosofía y teología. Y en el año 1953 es ordenado sacerdote salesiano, y luego, fue enviado a estudiar a la Universidad Salesiana en Turín, Italia, a estudiar el derecho canónico (1953-1957)”, relató el obispo.

Monseñor William Iraheta Rivera, Obispo de Santiago de María, Usulután, fue el encargado de hablar sobre la pastoral de Rivera Damos, por lo que comentó que Monseñor Rivera y Damas, siendo obispo de Santiago de María, realizó una sola visita “ad limina”, a Roma, que se realiza cada cinco años.

“Él escribió en esa visita: he llegado a esta Diócesis a continuar el trabajo de Monseñor Romero, tengo muchos sueños y muchos proyectos, pero siento que se pueden quedar así, porque tengo poco clero. El clero es mayor, están cansados y tienen grandes territorios”, reseñó.

“Si ustedes se hacen la idea geográfica, tenemos que quien atendía desde Ciudad Barrios atendía a San Antonio del Mosco, Carolina, San Luis de la Reina, San Gerardo y Nuevo Edén de San Juan. Y el escribió, tengo tantos sueños y es difícil concretar, sin embargo, siendo San Oscar Romero, un hombre carismático -resolvía en el momento y respondía rápido-, es por eso que Dios lo trajo acá, en el momento oportuno”, reiteró el Obispo Iraheta.

Monseñor Rivera y Damas fue auxiliar de Monseñor Chávez y González, por lo que tuvo la oportunidad de asistir a dos sesiones del Concilio Vaticano Segundo (1964-1965), una renovación de la iglesia con la que se identificó profundamente y asumió las orientaciones del episcopado latinoamericano, en Medellín, Colombia (1968). Igualmente, como le pasó a  San Oscar Romero, Rivera y Damas recibió muchas amenazas, y estando en Santiago de María llegaron a su residencia un escuadrón de la muerte, pero terminaron respetando su vida.

Esa así que este 2023, la Conferencia Episcopal ha decretado realizar diversos actos religiosos y culturales para recordar la memoria del Obispo artesano de la paz (1923-1994), que inició con una visita a su ciudad natal el pasado lunes 19 de junio, en donde compartieron con su familia.

Sobre las celebraciones, la Diócesis de Santa Ana lo realizará, en el mes de julio: San Salvador y Santiago de María en agosto, y San Miguel en noviembre, para recordarlo con conferencias, debates, actos culturales en donde se expondrán sus ideas y su legado a la pastoral católica, y va a cerrar el próximo 3 de diciembre con un acto solemne a nivel nacional.

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