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Padre Cosme Spessotto Zamuner sacerdote asesinado el 14 de junio de 1980. Foto Diario Co Latino/ Cortesía

Conmemoran al “Mártir por la Paz de El Salvador

Yaneth Estrada
@caricheop

Luego de un minucioso proceso de documentación en el Vaticano, considerado “Mártir por la Paz de El Salvador” y a la espera de su pronta Beatificación, San Pedro Nonualco, recuerda al Padre Cosme Spessotto Zamuner. “El recuerdo de los justos reposa en las memoria de los vivos”.

En el marco de una labor humanitaria a favor de los pobres, debido a la creciente represión de la época, que posteriormente llevó a una guerra civil, fue asesinado el Padre Cosme, el 14 de junio de 1980, por dos “presuntos” miembros de la Policías de Hacienda, quienes le dispararon cerca del altar mayor, cuando se preparaba para oficializar una misa en acción de gracias por su reciente operación.
“El era una persona comprometida con la educación, se encargó de mejorar la escuela del pueblo, después con donaciones construyó una escuela parroquial. También, trajo -vides- para sembrar y producir uva, especialmente preparada para el clima de El Salvador”, recordó Alirio Orantes, un exmonaguillo y ahora autor de su biografía del también sacerdote mártir.

Según el abogado, las razones del asesinato, atribuido extraoficialmente al Coronel Oscar Edgardo Casanova, tuvieron que ver con su entrega y lucha para denunciar operativos que dejaron pueblos completos exterminados, enterrar a fieles y no conocidos, luego de ser torturados y asesinados. Así como oponerse fervientemente a militarizar la iglesia, y acusar directamente a militares por desapariciones.

“En ese tiempo, era casi normal encontrar familias completas exterminadas, había tanta muerte que el padre se encarga de enterrar a quienes quedaban tirados en las calles del pueblo, así completamente expuestos mientras los animales comían sus entrañas. Él decía que todo ser humano, merecía un descaso eterno”, detalló Orantes.

Recordó que luego de escuchar las balaceras y los bombardeos, por la mañana junto al padre montaban un caballo, para ir a lugares más lejanos a verificar lo que había pasado. La tristeza e impotencia llegaban al encontrar pueblos destruidos, muertos, mujeres
violadas, niños quemados, esto obligó al dirigente católico a denunciar las acciones ante autoridades locales e internacionales.

Fue así como además llegaron los primeros anónimos a la puerta de la Iglesia, que anunciaban su muerte. Esto se vio prolongado ante varias complicaciones de salud y una urgente operación.

“Este varón franciscano no escapó de sufrir algunos efectos de la guerra fratricida, abogó por los campesinos y catequistas capturados, se quejó con los jefes militares por masacres de humildes y desposeídos, en momentos difíciles levantó cadáveres de civiles, militares y guerrilleros para darles cristiana sepultura, consuelo, ayuda económica y espiritual a sus familias”, dice la biografía.

Padre Cosme Spessotto Zamuner.

El llamado de Dios

Nacido el 28 de enero de 1923 en Italia, el Padre Cosme Spessotto Zamuner, sintió el llamado al sacerdocio a los 10 años.

El 16 de septiembre de 1939, Santí inició su año de noviciado en calidad de clérigo. Recibió el hábito franciscano y con el cambio de nombre, optó por “Cosme”, uno de los primeros mártires de la Iglesia.

El tiempo de la formación filosófica y teológica de Fray Cosme, coincidió con el período de la Segunda Guerra Mundial. Su primer año de estudios humanísticos lo realizó en el Convento del Santuario di
Sant’Antonio (Santuario de San Antonio) en Gemona del Friuli. Los acontecimientos bélicos obligaron transferir a los estudiantes al Convento de San Francisco en la ciudad de Padua.

Mientras que el último año de filosofía lo cursó en el Convento San Pancracio, en Barbarano Vicentino, donde fueron trasladados los estudiantes para evitar los riesgos de los bombardeos aéreos. El
primer año de teología lo cursó en el Convento del Santuario di Madonna di Rosa (Santuario de Nuestra Señora de la Rosa), en San Vito al Tagliamento. En dicho Convento Fray Cosme fue intervenido quirúrgicamente a causa de una úlcera. Debido la situación bélica no era posible el uso de anestesia.

Tras algunos años, el Padre Cosme manifestó su deseo de misionar en
África o China, sin embargo, una crisis en Centroamérica lo trajo a El Salvador el 9 de marzo de 1950, cuando se embarcó en el Puerto de Génova, juntamente con otros dos sacerdotes, hasta atracar en el Puerto de La Unión, el 4 de abril de 1950. A Fray Cosme le fue asignada la Parroquia de San Pedro Nonualco, Departamento de La Paz.

Atendió por espacio de tres años dicha Parroquia, que constaba de tres municipios, San Pedro Nonualco, Santa María Ostuma y Mercedes La Ceiba. Al cabo de un tiempo fue transferido a otro municipio del Departamento de La Paz, San Juan Nonualco.

En El Salvador, la dictadura militar asesinó injustamente a otros sacerdotes como el Padre Rutilio Grande, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, Padre Octavio Ortiz, los sacerdotes Segundo Montes, Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Barro, Armando López Juan Ramón Moreno,
entre otros.

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