Por Hossam Ezzedine
Ramala, Territorios Palestino/AFP
Dos jóvenes palestinos murieron este jueves tiroteados por el ejército israelí en Cisjordania durante las manifestaciones de conmemoración de la «Nakba», el éxodo de cientos de miles de personas durante la creación de Israel en 1948 que los palestinos acusan al gobierno israelí de querer ocultar.
Dos palestinos de entre 17 y 20 años resultaron heridos de bala en el pecho durante los enfrentamientos con los soldados israelíes, cerca de la cárcel militar de Ofer, en los alrededores de Ramala, y luego murieron en el hospital donde fueron transportados, según fuentes médicas.
Unos 200 jóvenes palestinos se enfrentaron a los militares israelíes en esta zona de frecuentes fricciones, tras las manifestaciones conmemorativas en Ramala, donde los presentes observaron 66 segundos de silencio.
Los estandartes del Fatah del presidente Mahmud Abas y del movimiento islamista Hamas, que gobiernan respectivamente las zonas autónomas de Cisjordania y de la franja de Gaza, estaban ausentes en las manifestaciones, un símbolo de la reconciliación entre los dos movimientos.
En su lugar se vieron banderas palestinas y pañuelos palestinos, otro símbolo nacional.
«En este 66º aniversario de la Nakba («catástrofe», en árabe) esperamos que este año sea el del fin de un largo sufrimiento», declaró el presidente Mahmud Abas, él mismo refugiado, en una alocución retransmitida el miércoles por la noche.
«Es tiempo de poner fin a la mayor ocupación de la historia moderna y es tiempo para los dirigentes de Israel de entender que no hay otra patria para los palestinos más que Palestina», añadió Abas.
«El gobierno israelí da marcha atrás sobre sus acuerdos y sus compromisos anteriores y pone nuevas condiciones exorbitantes, como el reconocimiento de la judeidad del Estado de Israel, y lanzó una carrera contrarreloj para judaizar Jerusalén y extender la colonización», lamentó el presidente palestino.
‘Ni immigrantes ni intrusos’
El negociador palestino Saeb Erakat rechazó por su parte la exigencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de un reconocimiento de Israel por parte de los palestinos como «Estado del pueblo judío».
«Es una forma de pedirnos negar la existencia de nuestro pueblo y de los horrores que sufrió en 1948», aseguró.
«No pedimos que el hebreo no sea un idioma oficial, ni que las fiestas judías no sean oficiales. No somo nosotros quienes debemos definir el carácter de Israel. Pero no permitiremos que un solo palestino sea considerado como un inmigrante o un intruso en su propia tierra», afirmó Erakat.
En la franja de Gaza, poblada mayoritariamente por descendientes de refugiados, cientos de palestinos marcharon hacia la frontera con Israel, agitando banderolas con la inscripción: «No renunciaremos ni a Jerusalén ni al derecho al retorno».
En Cisjordania, un millar de personas desfilaron en Naplusa (norte) y cientos en Hebrón (sur) por el «derecho al retorno», indicaron los corresponsales de la AFP.
El nuevo comisario general de la Agencia de la ONU para la ayuda a los refugiados palestinos (UNRWA), Pierre Krahenbühl, subrayó la trágica suerte de esta comunidad en Siria, en particular en el campo de Yarmuk, en Damasco.
«En el momento en el que una nueva generación de palestinos vive el traumatismo del desplazamiento, se ignora a menudo su situación catastrófica en el plano humanitario «, lamentó durante su primera visita a Siria, inmersa en una guerra civil.
La «Nakba» provocó el éxodo de unos 760.000 palestinos que, junto a sus descendientes, suman más de 5 millones de personas, repartidos esencialmente entre Jordania, Siria, Líbano y los territorios palestinos. Sólo 160.000 se encuentran en lo que se convirtió en el Estado de Israel.
Este 66º aniversario coincide con la falta de resultados de las negociaciones entre Israel y los palestinos, lideradas por el jefe de la diplomacia estadounidense John Kerry, y cuyo plazo expiró el 29 de abril.