Joaquín Salazar
@JoakinSalazar
Y todos llegaron a la mesa de la creación, cada quien con su taburete tiene un puesto y una misión, así entraron a la capilla del Hospitalito de la Divina Providencia, lugar donde ofrendó la vida uno de los mártires salvadoreños más reconocidos mundialmente, el Beato Oscar Romero, que bajo su mirada se celebró el Día Nacional del Defensor y Defensora de los Derechos Humanos.
El 26 de octubre, desde 1987, es recordado, puesto que Herbert Anaya Sanabria fue asesinado, motivo por el que la Asamblea Legislativa designó este día para los defensores de los derechos humanos en conmemoración de este hombre que fue audaz en denunciar las graves violaciones contra el pueblo salvadoreño.
Esta mañana, familias y amigos del histórico defensor de derechos humanos le recordaron a través de una misa, como parte de los 30 años de que fuera asesinado.
Mirna Perla viuda de Anaya reconoce que el aporte del movimiento de los derechos humanos en El Salvador ha sido fundamental para fomentar y pasar a la siguiente etapa, luego de la firma de los Acuerdos de Paz, no obstante tras 25 años existe una deuda grande con las víctimas del conflicto armado.
“Efectivamente, estamos cumpliendo 30 años del asesinato de Herbert Anaya Sanabria.
Asesinado por Policías de Hacienda, vestidos de civil a las 6:45 de la mañana el día 26 de octubre de 1987. Lamentamos que hasta la fecha el Estado salvadoreño está en deuda con este asesinato que fue producto de la represión que trataban de callar, la justa demanda que planteaban los diferentes sectores, especialmente los movimientos de derechos humanos”, recordó Perla.
Herbert Ernesto Anaya Sanabria fue presidente de la Organización No Gubernamental, Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES), asesinado el 26 de octubre de 1987 en el estacionamiento de la colonia Zacamil, en Mejicanos. Según testigos, tres hombres participaron en el asesinato; su muerte generó diversas protestas.
“Vemos ahora con bastante esperanza que El Salvador ha cambiado en muchos aspectos, pero hay una deuda significativa de las víctimas de las graves violaciones a derechos humanos en El Salvador, tenemos 25 años de mora, porque en El Salvador tenía el compromiso por conquistar la verdad, por todas las atrocidades que se cometieron en este país”, recalcó Perla.
Casos como Herbert Anaya Sanabria, Monseñor Romero y Marianela García reclaman verdad y justicia; reclaman la reparación de las víctimas que han sufrido por tantos años, agregó Mirna Perla. En la homilía, el sacerdote Rogelio Ponseele reconoció al defensor de derechos humanos como un hombre audaz, que luchó por detener una ola de violencia y de agresiones en contra del pueblo de parte de las autoridades de Gobierno en los años 80.
“Herbert Anaya Sanabria amaba a su pareja, a su familia, pero amaba a su pueblo, un hombre muy sensible, ante el dolor y sufrimiento de su pueblo”, dijo el sacerdote.
En cuanto a la apertura del caso en el Juzgado de Mejicanos, Mirna Perla viuda de Anaya lamentó que las autoridades fiscales no pretenden investigar y esclarecer los hechos, puesto que no se conoce realmente la verdad y el Juzgado solo abrió el caso en contra de una persona que no estuvo involucrado en el hecho.
En el informe de la Comisión de la Verdad, en 1993, estableció que no se ha logrado establecer quien fue el responsable del asesinato del defensor de los Derechos Humanos. En aquel momento, la policía detuvo a Jorge Alberto Miranda Arévalo, miembro del Ejército Revolucionario del Pueblo, quien presuntamente admitió los hechos. Miranda Arévalo fue condenado en 1991 a la pena máxima por asesinato, 30 años de prisión, no obstante, la Comisión de la Verdad declaró que los derechos básicos del imputado fueron violados en el juicio.