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Conmoción y promesas

José Guillermo Mártir Hidalgo

El bioquímico guatemalteco radicado en Alemania, Luis Gómez Fernández1, manifiesta que Democracia es una palabra utilizada de forma manipuladora, es un término “talismán” para manejar a determinados grupos. En su artículo “Falsa Democracia” esgrime que “Demos Kratein” significa gobierno del pueblo. Pero jamás ha existido una Democracia extendida y ampliada. Ni en la Democracia Ateniense, la cual era practicada por una parte del pueblo.

Entonces, no podernos identificar “Demos Kratein” como gobierno del pueblo o de una nación. Lo que en realidad tenemos es una Democracia Fracturada o Fractocracia, donde ciertos grupos dominantes se han encargado de dictar las reglas. Por ejemplo, el sesenta por ciento de los representantes políticos son decididos mucho antes de que se pueda votar por ellos, gracias al ingenio de los partidos políticos y sus listas de candidatos. El engaño y la desinformación han permitido a los manipuladores, garantizarse mayorías para realizar sus intereses personales y los de “su grupo”. Se apoderan de mayorías mediante promesas populistas y agitación demagógica.

Gómez Fernández afirma que jamás se ha alcanzado por la vía democrática una verdadera reforma. Declara que los cambios se han dado por la acción de unos pocos que se hicieron de sociedades fragmentadas. Es decir, los cambios no son fruto del “gobierno de todos”, sino, del gobierno de unas mayorías manipuladas y cebadas en promesas.

En una verdadera Democracia, los individuos deben ser escuchados y estos inmiscuirse en las labores de gobierno. Una verdadera democracia es una entidad social agrupada en torno a objetivos comunes. Protege tanto el derecho de someterse a la voluntad de la mayoría como el derecho a la disidencia.

MOLDEAR LA MENTE

Para el filósofo español Alfonso López Quintás2, la libertad interior es destruida por la manipulación. Sádico no equivale a ser cruel, significa rebajar a una persona o grupo de personas para ejercer dominio sobre ellas. En la obra “La manipulación del hombre a través del lenguaje: estudio de los recursos manipuladores y del antídoto contra los mismos”, López Quintás sentencia que el que manipula desea vencer a otras personas sin convencerlas.

El manipulador intenta moldear la mente, la voluntad y el sentimiento de personas y de grupos, para convertirlos en medios al servicio de sus fines. El manipulador ideológico quiere someter espiritualmente a pueblos enteros, para ello necesita privarlo de su carácter comunitario y reducirlo a masa. La masa son seres que están cerca, pero, no se complementan. En cambio, la comunidad, son personas que entrecruzan sus espacios de vida para dar lugar a nuevos contornos y enriquecerse. Si a una persona o a un pueblo se le lleva a pensar de tal forma que no ven posibilidad de unirse a las realidades del entorno de modo fecundo, se destruye de raíz su creatividad.

El lenguaje es el medio por el cual somos proclamadores de verdades o propaladores de mentiras. En cada época de la historia, algunos términos se cargan de prestigio especial. Son términos “talismán”. El manipulador saca partido de ellos al introducirlo en su discurso. El demagogo, el tirano y el que desea conquistar el poder por la vida rápida de la manipulación, opera para no dar tiempo a la gente a pensar o a reflexionar sobre temas.

La actitud egoísta no crea relaciones auténticas de encuentro y el proceso de encandilamiento nos halaga pero al final nos quita todo, nos sumerge en la soledad. El egoísmo conduce al vértigo de la ambición, que suscita el afán manipulador. La manipulación destruye la libertad interior, ya que destruye la creatividad y la capacidad de pensar, sentir y querer por cuenta propia. Hay distintos tipos de manipuladores: los mercaderes seducen a las gentes con sus productos. Los mercaderes de poder ofrecen promesas a cambio de votos. Los mercaderes de dinero reducen a los ciudadanos a clientes. Los mercaderes de prestigio, reducen a los seres humanos a espectadores o lectores. Los mercaderes de ideas y actitudes, trasladan su propio sistema de valores al ánimo de las gentes y orientan su comportamiento.

La ideología es una concepción de la vida humana simplificada, tosca y utópica. Una ideología determinada incluye en su ideario una meta. La obcecación ideológica es una desfiguración de la realidad. Y diversos medios de difusión ideológica son la educación, las obras culturales y espectáculos, los medios de comunicación, las publicaciones de estadísticas y la promulgación de determinadas leyes.

El político demagogo reduce el voltaje moral de las gentes. Los tiranos procuran que las gentes se mantengan a un nivel cultural bajo, es decir, con un poder de discernimiento mínimo, ya que así son fácilmente manipulables. Por eso los medios de comunicación dan primacía a lo espectacular sobre lo profundo, a lo banal sobre lo valioso. Son “altavoces” de la ideología y la propaganda.

A las personas y a los pueblos se les manipula para adquirir dominio sobre ellos. Reducirlos a masa es fácil cuando se desvincula a las personas de cuanto fomenta su poder creador. Para eso fomentan experiencias de enajenación en las que prometen rápida plenitud. La tarea del manipulador es, que cada persona se enamore de su propia figura. Así el afán de poseer se opone a la voluntad de colaborar.

El manipulador opera con trucos basados en el uso arbitrario del lenguaje y la imagen. El recurso más eficaz es, no dar tiempo a profundizar en los temas propuestos. Hay una banalización de la vida humana actual: predomina la información sobre la formación, esto se traduce en falta de criterio, el sincretismo es ilusión de riqueza intelectual y el indiferentismo no nos lleva a comprometer nuestra posición. Hay una falsedad conciliadora que desmoviliza espíritus, porque hay una desconfianza en los propios medios.

En cada época existen vocablos que por diversas razones socioculturales, se cargan de prestigio. Todo término talismán tiene un poder encandilante. Siempre que se pronuncia un término talismán se suscitan en la mente otros términos que pueden reportarle prestigio o descrédito. Por ejemplo, la fijación en el cambio y en lo nuevo, lleva a no reposar en el presente y vivir preso del futuro. Por eso debemos ganar libertad interior frente a la astucia con que los manipuladores tergiversan los conceptos.

El esquema es un vehículo vertebrador de relación. Una táctica solapada que siguen los manipuladores para trastocar el sentido de los esquemas es, que el manipulador da por supuesto que los guiones que separan los dos términos de cada esquema indican oposición frontal, cuando tales signos expresan contraste o complementariedad. De ésta manera los términos depauperados quedan en una relación de inferioridad absoluta respecto al término talismán.

El manipulador suele plantear los temas de forma parcial, unilateral y precipitada. Fija el pensamiento a un ritmo tal que hace imposible pensar y razonar, esto, con la intención de someterlo a una dirección exterior. El planteamiento demagógico presenta el asunto de forma precipitada en bases falsas de solución que propone en términos reduccionistas, de ahí que presenta remedios tajantes, rápidos y concretos. Otras formas de planteamiento manipulador son el fraude de las encuestas y las preguntas mal planteadas.

El discurso básico es seducirnos con ganancias inmediatas a fin de que nos entreguemos a experiencias de fascinación. La sociedad actual facilita a personas a hablar en público de temas que desconocen, con lo que crean un clima de superficialidad. Para menoscabar la capacidad creativa del hombre, el manipulador seduce con imágenes reducidas a meras figuras. La figura es la parte sensible de la imagen vista de modo estático. Es superficial pero requisito para el uso estratégico de las imágenes en la propaganda comercial.

Si el manipulador consigue que personas descuiden el cultivo de la inteligencia, se entreguen a experiencia irreflexivas, se desliguen de la tradición y se desvinculen de otras personas e instancias, podrá dominarlas fácilmente mediante ciertas astucias tácticas. Entre tales procedimientos destacan el boicot informativo, insinuaciones, el ataque infundado, la intimidación, la valoración por oposición, desvió de la atención, la insistencia, el dialogo como pretexto, el recurso de la mofa, la alteración del sentido de términos y locuciones, mentir abiertamente y el lenguaje emotivo.

Las consecuencias de la manipulación son el empobrecimiento de nuestras vidas y la no configuración de una democracia verdadera. Para romper con la manipulación hay que cultivar el arte de pensar, acrecentar una vida creativa y recuperar una existencia humana.

ABUNDANTES PROMESAS

La elección presidencial de dos mil diecinueve tiene como telón de fondo un rechazo de gran parte de la población a los políticos y a los partidos políticos3. Ya que muchos creen que la política actual responde a los intereses de las cúpulas partidarias y no a las grandes mayorías4. Consideran que la clase política no hace lo pertinente para profundizar el modelo democrático y empoderar al ciudadano. La gente percibe que nunca hay solución a los grandes problemas que los aquejan y hay una pérdida de esperanza y fe en los políticos.

La campaña que recién inicia abunda en promesas ilusorias con las que pretenden encandilar, nuevamente, a la población. Pero por el grado de desconfianza de buena parte del electorado, los aspirantes a Presidente la tienen difícil para aglutinarlos alrededor de su candidatura.


1 Gómez Fernández, Luis I. Falsa Democracia. En: http://astillasderealidad.blogspot.com/.

2 López Quintás, Alfonso. La manipulación del hombre a través del lenguaje: estudio de los recursos manipuladores y del antídoto contra los mismos. EN: www.mercaba.org/Enciclopedia/M(manipulacion.pdf.

3 Más de lo mismo. Editorial UCA 05/10/2018, En: https://uca.edu.sv/noticias/texto-5603.

4 Álvarez, Aldo. El Salvador, política y manipulación de la realidad. En: http://migenteinforma.org/politica-y-manipulacion-de-la-realidad-la-percepcion-es-un-estado-disfuncional/.

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