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¿Estás interesado en aprender violín? Acércate al Sistema de Coros y Orquestas Juveniles de El Salvador y te encontrarás con un músico especializado en la enseñanza del instrumento. Te contamos de quién se trata:
El maestro Luis Morataya, licenciado en Música, Educación Musical, por la Universidad Bautista de California, Estados Unidos, quien desde pequeño fue cultivando el gusto por la música y a los 14 años de edad se decidió a dar los primeros pasos para aprender violín con el maestro Elmer Amaya.
“Desde pequeño, mi papá nos ponía los discos de vinil, los long play que le decían. Él tiene una gran colección de música clásica en ese formato. La escuchábamos casi a diario”, relató el violinista y agregó: “Una de las piezas que más me impactó fue el ‘Concierto para violín de Beethoven’, eso me despertó el interés y el amor por el violín”.
Morataya cuenta que al principio estudió tres años, luego tuvo altibajos. Tiempo después se integró a la Sinfónica Juvenil de El Salvador, donde empezó a recibir clases con el maestro Maximiliano Martínez, concertino de la Orquesta Sinfónica de El Salvador, tomándose muy en serio su formación.
Con el paso de los años fue ganando experiencia y obtuvo su primer trabajo como violinista en la Orquesta Sinfónica de El Salvador (OSES), de 2001 al 2012. Morataya asegura que es “el trabajo soñado para un músico académico” y no descarta algún día regresar.
En el 2007, se inclinó por estudiar Ingeniería Mecánica, en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), la cual cursó hasta cuarto año. “Hubo un momento en que tuve que decidir si la música o la ingeniería y tomé la decisión por la música, que fue al final lo que más me apasionaba. Me llegó la oportunidad de estudiar en Estados Unidos, gracias a una beca que me dio la Universidad Bautista de California, y ahí fue donde materialicé mi sueño de una formación formal en música”, contó Morataya.
Después de obtener su Licenciatura en Música, el maestro ha trabajado como instructor de violín y viola a todos los niveles en Premier Music Academy y Velocity Music Academy; profesor de música general en el Distrito Escolar Independiente de Austin y en el Distrito Escolar Independiente de Round Rock; y actualmente es docente de la Licenciatura en Música, en la Universidad Dr. José Matías Delgado, así como maestro de violín en el Sistema de Coros y Orquestas Juveniles, específicamente de la Filarmónica Juvenil, en la sección de primeros violines.
El artista destaca dos facetas importantes en siu quehacer: “compartir lo que uno es como músico a través de la interpretación, dar la música a los oyentes (al público), y la otra es compartir a través de los conocimientos, que es a través de la pedagogía”.
Él está convencido que puede hacer una labor impactante en el país al ayudar a formar a los jóvenes interesados en aprender y mejorar en la música. “Quiero transmitir lo que yo he recibo, compartirlo sin egoísmo y recelo. Ayudaré a mis alumnos hasta donde mis posibilidades lo permitan”, dijo el músico.
“Al estudiar una carrera profesional me doy cuenta que a veces no es tan importante querer tocar algo bien avanzado y difícil, sino que es mucho más importante iniciar a dominar la técnica de cualquier instrumento. Con base en eso, mi objetivo es ir cimentando una técnica que sea saludable y bien aprendida, y que sobre todo ayude a lograr las metas en cuanto a repertorio”, dice el violinista.
“Estar en la Filarmónica Juvenil es un punto importante para llegar a más jóvenes y atraerlos para que sigan su sueño de formarse, pues está la oportunidad de seguir una secuencia bastante estructurada e ir cada vez alcanzando las metas que cada quien tenga fijadas”, expuso.
De forma particular, el músico destaca lo enriquecedor de su experiencia artística: “Tuve la oportunidad de tocar en escenarios de primer mundo, salas de concierto que son de última tecnología y arquitectura, y sobre todo compartir con músicos que están en un nivel alto. Aprendí mucho de esa empatía que se tiene que tener con los músicos en formación y con los que no han alcanzado los niveles que ellos quisieran llegar”.
Agrega: “Podría haber seguido el camino de la ingeniería, pero creo que jamás hubiera tenido las satisfacciones que me ha dado la música. He tenido situaciones en las que estoy trabajando y he tenido epifanías en esos momentos. La música trasciende a un nivel más espiritual, juega mucho con las emociones, a pesar que uno está trabajando puede interpretar música tan hermosa que lo lleva a uno a las lágrimas y en esos momentos solo se puede agradecer. Dar gracias por lo que uno se dedica”.
Asimismo, hace el llamado a que la población se quite la idea de que no se puede vivir de la música: “tengo más de 20 años de dedicarme a la música. Mi trabajo es puramente la música, de esto vivo y gracias a Dios hasta ahora no me ha faltado nada, incluso he tenido satisfacciones que de no ser por la música no las habría tenido con otra carrera. Por ejemplo, la cantidad de viajes que he realizado”.
Esta es una pequeña reseña de la persona que es la responsable de la enseñanza del violín en el Sistema de Coros, quien asegura que iniciará sus clases enseñando sobre la postura.
“Pareciera algo no tan relevante, pero la postura tiene mucho que ver en cómo se va a interpretar el instrumento. A veces la postura transmite el estado de ánimo de una persona, empezando desde la postura vamos a ir dando una voz particular al violín, por ejemplo, en la forma que se toma el arco: si hay mucha tensión en los dedos, eso se va a transmitir al sonido, si hay mucho peso en la mano derecha va a crear un sonido agresivo o tosco. Básicamente iniciamos con la postura y los siguientes pasos es producir sonidos”, explicó.
De igual manera, expuso: “Una de las cosas más difíciles del violín y de cualquier instrumento de cuerda es la afinación. En cuanto a la afinación, culturalmente tenemos la tendencia a no buscar la afinación correcta y es algo que tiene que mucho que ver con la falta de oportunidades de formación que ha existido, que no ha habido programas formales que no ha permitido cubrir todas las áreas”.
El maestro Luis Morataya invita a la juventud salvadoreña a que aprovechen la oportunidad de pertenecer al Sistema de Coros y Orquestas, porque es un programa serio y no requiere otra inversión que tiempo, compromiso y dedicación. “Si están queriendo aprender un instrumento, dentro de la gama de instrumentos sinfónicos, este el lugar ideal porque se van a ir formando tanto en la técnica como en tocar en un ensamble, que es algo hermoso. Esto va a ser algo muy valioso para su vida”.