Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
Eduardo González, integrante de la Asociación Salvadoreña de Ayuda Humanitaria (PRO-VIDA), en el programa de Gestión Integral de Riesgos y Resiliencia al Cambio Climático afirmó que la “resiliencia” inicia con la organización comunitaria y el conocimiento sobre el medio ambiente. Y, que como PRO-VIDA son respetuosos de esos procesos de vinculación social.
“Estas figuras como ADESCOS o los Comités de Medio Ambiente, de Salud o de Mujeres de las comunidades, son con los que tratamos de trabajar e integrarlos en esta temática de protección al medio ambiente, porque de esa manera, al fortalecer el conocimiento podemos encaminarnos hacia la resiliencia”, dijo González, a Diario Co Latino, en una entrevista exclusiva.
-¿Cuál es la evaluación que hacen como PRO-VIDA sobre la crisis climática?
Este fénomeno ha sido atribuido, sobre todo al accionar de la industria internacional de países del primer mundo como China, Estados Unidos e India, entre otros. En donde todo el mundo se ve afectado por este desajuste del clima y países como el nuestro que son multiamenazas -nos vemos- afectados de diversas maneras y con resultados más adversos como el expresado en la escasez de agua y alimentos a familias vulnerables.
También, los cultivos y las cosechas no están teniendo un buen año, con el sencillo ejemplo del agua, tenemos que hay comunidades que captan aguas lluvias para la gestión del agua que se ha visto reducida para llevarla a nivel domiciliar. En teoría, cada salvadoreña y salvadoreño, debería tener 150 litros de agua para consumo al día distribuida en su higiene, ingesta, preparación de alimentos y otras actividades, pero no está cerca de cumplirse.
– ¿Cómo pueden mediar países afectados por contaminación de los países industrializados?
A nivel internacional hay Tratados, Convenciones, y reuniones como la Conferencia de las Partes (COP) que se viene pronto un próximo encuentro entre gobiernos y organismos de Naciones Unidas (ONU) para poder tener acuerdos mundiales en la búsqueda de compromisos y acciones para disminuir los Gases de Efecto Invernadero (GEI), la meta es disminuir esas emanaciones que se están dando y generan el aumento de la temperatura del planeta.
Nosotros, como PRO-VIDA, asistiremos (COP) y llevaremos en agenda como país, el tema de las pérdidas y daños por el cambio climático y que precisamente obedece al incremento de la construcción urbanística y de centros comerciales que provoca la disminución de infiltración del agua en los suelos y luego, tenemos escorrentías y saturaciones muy altas que provocan inundaciones, sumando la capacidad limitada del alcantarrillado en la ciudad que deja correr el agua y ocasiona graves problemas en la ciudad. Tenemos la tormenta Julia y todos los efectos que trajo en cuanto a personas, recursos, cultivos y todo lo que involucró en la producción de la gente.
– ¿Hay países del primer mundo que negarán dejar la industrialización?
Es algo que ha pasado en los últimos años y algunos países sus gobiernos han llegado a retirarse de estos espacios cuando hay consideraciones de este tipo por cambios en las presidencias.
– ¿Cómo darle seguimiento a esto?
Es muy complejo pero como PRO-VIDA estamos haciendo el esfuerzo y vamos a participar en la Semana Climática, en Panamá, que se va a realizar en el próximo mes y habrá un espacio para sociedad civil en donde presentaremos las demandas internacionales homologadas a nivel latinoamericano .
– ¿Qué otro tema van a presentar?
El otro tema es cómo conseguir recursos para la reducción de estos riesgos o la Reducción de Riesgos a Desastres (RRD), que trata de como preparamos las capacidades de sociedad civil y comunidades, para atenderse frente a diferentes fenómenos en su momento y que están pasando, esa es la primera respuesta.
Y un punto de honor es poder contar con recursos e información para realizar la capacitación de las poblaciones, buscando la implementación de un enfoque preventivo, y esto pasa por desarrollar habilidades para analizar el contexto de las comunidades desde sus grupos organizados.
Si identifican que la crecida de un río va a generar inundaciones y va afectar a un grupo de familias que están en riesgo actúan preventivamente. Igualmente, si se trata de una zona de desalizamiento con las lluvias prolongadas prevén que va a generar un alúd importante, entonces, debe movilizarse a la gente y esto empodera a las comunidades. Y claro también, desarrollamos la acción humanitaria que se dedica a salvar vidas y esto se hace trabajando con la gente.
¿Son estos pasos el camino a la resiliencia?
Al lograr todos estos elementos, si podemos decir que estamos iniciando el camino hacia la resiliencia de no hacerlo, todo será repetitivo porque nuestros escenarios de riesgo no van a cambiar y las vulnerabilidades estarán presentes siempre allí, entonces la respuesta es que la población tome conciencia, se informe muy bien de esas vulnerabilidades y deben buscar zonas más segura para hacer su casa esto es complejo por el alto costo de la vivienda, tampoco hay poca vivienda popular, pero se pueden buscar alternativas.
A estas acciones proponemos el fortalecimiento desde un enfoque de gestión de cuenca hidrográfica, la construcción de estructuras para mejorar la captación de agua y caminar desde la agricultura tradicional hacia una agroecología, que inicia con la utilización de abonos orgánicos que van a dar producciones más limpias de agroquímicos y la reducción de contaminantes en el suelo, el agua y el aire.
Estos son los elementos que debemos cruzar e iniciar para prepararnos en la resiliencia y comenzar a cambiar las dinámicas y tener mejores impactos, claro, todo esto acompañado de la reforestación, el cese de la tala de árboles que aún tenemos, son pasos primordiales en la protección de la cuenca hidrográfica y el cuido del medio ambiente.
– ¿Qué hay con le marco legal sobre medio ambiente?
Es complejo porque tenemos una legislación bastante buena, contamos con una ley forestal, una ley de medio ambiente y tenemos una política de medio ambiente que obedece a esa última ley (2012) pero el problema que esos procesos se dejan a medias.
Porque estos cuerpos normativos deberían cada 5 años ser actualizados, porque los procesos, dinámicas y escenarios ambientales cambian, por lo tanto, hay que estar actualizando y caracterizando los riesgos de cada zona y los indicadores de medio ambiente y cambio climático para poder tener una fotografía más actualizada.
Realmente, no hay atención a esa parte legal, sino que tenemos una dinámica reactiva o reaccionaria a los eventos climáticos, es decir, acuden cuando la temporada seca afectó con incendios forestales afectaron una área, y no preverion. No hay una preparación, no hay atención por la parte gubernamental.
– ¿Como PRO-VIDA, cómo abordan estos problemas con las comunidades?
Nosotros como PRO-VIDA, a ese fenómeno de la sequía lo hemos atendido en dos ocasiones consecutivos (2022-2023), fortaleciendo a las comunidades que son a quienes impacta en primer momento estos fenómenos climáticos y equiparlos.
No obstante, previo a preparar y equipar a la gente, necesitamos una gestión de recursos porque es a través de eso que trabajamos en campo y aunque tengamos las buenas intenciones de ampliar nuestra cobertura de atención, si no hay recursos disponibles, pues no podemos hacer más con la población.
Nuestras prioridades son las etapas de concientización y de organización, eso es muy vital para PRO-VIDA, y acumulamos la experiencia de trabajo con asociaciones o grupos de mujeres o redes de agua comunitarias, con ellos, trabajamos la gestión comunitaria del agua que se autoabastecen localmente desde adentro a su comunidad o con pequeños agricultores que han decidido optar por la agroecología, frente al alto costo de los insumos agrícolas.
– ¿Es este un momento coyuntural para este tipo de cambios?
Como PRO-VIDA creemos que estamos en el momento clave de la historia, en donde la mayoría de la población -ya se dio cuenta- que debemos tener un cambio, el que debe ser ya, porque nuestro entorno, nuestro micro clima o nuestro país y también a nivel mundial también suceden fenómenos complejos y graves como temperaturas muy altas, arriba de los 35o lo que no puede ser favorable para la salud humana.
La población está en el sentir que se deben buscar campañas de siembra de árboles maderables y frutales, todo por mejorar el microclima y disminuir la temperatura y en algún momento podrán consumir los frutos de esos árboles. En cuanto a la agroecología es fundamental trabajar ya con huertos comunitarios, caseros y escolares, con el fin de obtener de manera pronta una soberanía alimentaria -que sabemos- es una camino largo y complejo, porque aún hay gente que se resiste a dejar la agricultura tradicional, pero estas alternativas para PRO-VIDA, y algunas comunidades ya son una acción.
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