Conrado Ovidio de 19 y Amanda en sus cuarent(en)as
César Ramírez CARALVÁ
Aquél lejano 05 de marzo allende las fronteras, Guatemala iniciaba su Estado de Calamidad con un pequeño pleito con el Congreso por la declaración a la nación; Amanda se enteraba que los parlamentarios guatemaltecos se reunirían el 9 y 10 de ese mes.
Amanda sabía las noticias de primera fuente, su experiencia de lecturas científicas-históricas le permitían adelantarse en el tiempo, aunque eso no le servía de nada porque las multitudes van siempre a paso lento,
así su visita a Guatemala debía terminar pronto, pensaba en su retorno inminente a San Salvador, decidió salir entre el 10 o 13 de marzo, su sorpresa fue aquél día que sin decir: ¡agua va! el presidente Bukele anunció en cadena nacional que restringía el ingreso
de ciudadanos de Guatemala, Nicaragua y Honduras, pero olvidó que los transportistas de Guatemala y otros son los artífices de todas las verduras, cereales, frutas etc. del mercado salvadoreño, sin ellos no se podría
abastecer a El Salvador, por ello el anunció duró poco tiempo para fortuna de los mercaderes, aquél fue el presagio de las futuras acciones.
Amanda presentía que de un día para otro “todo se pondría color de hormiga” para
quienes estuvieran fuera de la nación, así adelantó su retorno a El Salvador, esos anuncios de Guatemala con su estado de Calamidad le hizo recordar la Constitución salvadoreña en el art. 29 que es nada menos que un Estado de Excepción, a su edad conocía la miseria humana de los modelos militares, como aquellos días del Régimen de Excepción,
con prolongados Estados de Sitio, que dilataban incluso por años, entre 3 y 8 años consecutivos, 1886, 1869, 1939, 1948, 1962, 1981, 1983, 1989 si la memoria no le fallaba…
Mientras tanto lejos de ella, llegando de Europa se encontraba un joven divagando en sus largas dicotomías juveniles, era Conrado Ovidio que confesaba: me dicen Covid en todas partes, no es mi nombre exacto es una contracción de Co—vid– y tengo 19 años; aquella noche del 12 de marzo un anuncio presidencial decretó la Cuarentena Nacional… ¡qué barbaridad! -dijo- y yo aterrizando en el Aeropuerto de Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
Amanda el día 12 de marzo decidió viajar por tierra a su patria, en ese camino la encontró el anuncio sanitario y no le quedó más remedio que acatar su destino.
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