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Juan David Alvarado fue consagrado como obispo de la Iglesia Episcopal Anglicana de El Salvador, and en una ceremonia especial. A la ceremonia de consagración asistieron miembros de la comunidad Anglicana, ente ellos el ahora ex obispo Martín Barahona, quien pasa a ser “obispo emérito”.
Alvarado fue electo obispo de la Iglesia el pasado 23 de agosto en la iglesia de San Juan Evangelista de San Salvador, pero su consagración e instalación se desarrolló de forma privada el pasado 24 de enero.
Alvarado, de 52 años, sucederá al Obispo Barahona, que se acogerá a la jubilación.
Electo en 1992, Barahona, se convirtió en el primer salvadoreño en servir de obispo. Antes de la elección de Barahona y el fin de la guerra civil de El Salvador (1980-1992), el Rvdmo. James H. Ottley, entonces obispo de Panamá, supervisaba la Iglesia de El Salvador desde Panamá.
Alvarado fue electo a partir de una lista de cinco candidatos, entre ellos dos norteamericanos.
Alvarado resultó electo en la segunda votación por una mayoría de 35 de los 50 votos laicos y 8 de los 14 votos clericales.
El obispo electo está casado con la Rda. Irma Alvarado; la pareja tiene dos hijos. La Iglesia Anglicana Episcopal de El Salvador, junto con las iglesias anglicanas y episcopales de Costa rica, Guatemala, Panamá y Nicaragua constituyen la Iglesia Anglicana en la Región Central de América (IARCA).
Al final de su gestión, el obispo Martín Barahona aseguró que continuará dentro de la iglesia.
“La orden del obispado no se termina, es para toda la vida, así, lo que no tengo ahora es la responsabilidad de una diócesis, pero sigo en el trabajo de fortalecimiento a la iglesia”, dijo Barahona.
Asimismo, dijo que continuará como representante de la iglesia ante el Consejo Nacional de Seguridad Pública y Convivencia. Y en otros proyectos encaminados a fortalecer la paz. También agradeció a los medios de comunicación social, nacionales, prensa escrita, radio, televisión, medios digitales y también medios similares extranjeros que operan en nuestro país, por el apoyo en su gestión como obispo.
“Además de agradecerles por el apoyo que me han dado, también quiero expresarles mi gran admiración por el trabajo que ustedes realizan, por lo que en mi capacidad de religioso, también les agradezco en nombre del país y en el nombre de Dios les deseo las mejores bendiciones y éxitos en sus vidas y en sus actividades”, dice una carta enviada a los medios de comunicación.
Agrega: “Este mensaje tiene como un sabor a despedida, en parte si es cierto, le escribo porque llegó el momento que de acuerdo a las leyes eclesiásticas, llegó el momento de despedirme en el cargo como Obispo Diocesano de la Iglesia Episcopal Anglicana de El Salvador, pero como Obispo de la Iglesia en El Salvador y en el mundo y como ciudadano seguiré de alguna manera trabajando en la búsqueda del bien de mis hermanos y hermanas salvadoreños y extranjeros, llevando en el nombre de Dios, mensajes de paz, reconciliación y amor entre unos y otros”.
