Naciones Unidas/PL
El Consejo de Seguridad de la ONU analiza hoy el conflicto palestino-israelí, salve cuya solución parece alejarse por la sistemática colonización y las demoliciones que ejecutan los ocupantes.
Bajo la presidencia rotatoria mensual de China, el órgano de 15 miembros aborda en general la situación en el Medio Oriente, aunque el tema dominante es el diferendo que por décadas causa preocupación mundial.
Hace apenas cuatros días, la Oficina del Coordinador Especial de la ONU para el Proceso de Paz en el Medio Oriente, encabezada por el búlgaro Nickolay Mladenov, advirtió que la colonización mediante nuevos asentamientos y la destrucción de estructuras palestinas en Cisjordania complican la reclamada globalmente salida de los dos Estados.
Israel mantiene su política de expandir los asentamientos judíos en la Ribera Occidental, donde tampoco detiene las demoliciones de viviendas, prácticas que generan nuevos desplazamientos forzados.
La Oficina reconoció los progresos en materia de reconciliación entre los palestinos, pero estimó que también afecta la paz el hecho de que «sigan sin lograr un consenso sobre una genuina unidad bajo los principios de la Organización para la Liberación de Palestina».
Naciones Unidas insiste en que el escenario de violencia imperante en Cisjordania, incluyendo Jerusalén Oriental, afecta la reanudación de los esfuerzos para la solución de los dos Estados, y lo que es peor, destruye las esperanzas de un pueblo ocupado por casi medio siglo, lo cual dispara la posibilidad de posturas radicales.
No menos complejo es el panorama en la Franja de Gaza, destruida tras los 51 días de bombardeos israelíes en el verano de 2014 y la continuidad de un bloqueo próximo a cumplir 10 años.
Durante una reciente conferencia de prensa aquí, activistas palestinos defensores de los derechos humanos acusaron a Tel Aviv de devolver a Gaza a la Edad Media con su agresividad.
«Resulta una vergüenza esta situación. No queda lugar alguno en Gaza sin huellas de la hostilidad israelí, en uno de los territorios más densamente poblados del mundo, con casi dos millones de habitantes en 365 kilómetros cuadrados», señaló a Prensa Latina Raji Sourani.
De acuerdo con el director del Centro Palestino para los Derechos Humanos, poco ha cambiado en materia de reconstrucción desde los bombardeos, pese a las promesas de asistencia de la comunidad de donantes, que hace un año y medio ofreció en la conferencia de El Cairo más de cinco mil millones de dólares de ayuda.
Los hospitales, las escuelas -incluyendo las operadas por la ONU- y las viviendas recibieron el peso de la agresión, denunció.
Por su parte, el activista Shawan Jabarin exigió a la ONU y a Estados Unidos detener los crímenes en la Franja de Gaza y Cisjordania.
Solo con voluntad política puede ponerse fin a la ocupación, la impunidad y las violaciones de los derechos humanos y las leyes humanitarias por Israel en los territorios palestinos, dijo.
Jabarin demandó a Estados Unidos el cese del apoyo incondicional a Tel Aviv, para lo cual saca provecho de su condición de potencia con un escaño permanente y derecho al veto en el Consejo de Seguridad.
La falta de acciones es la única razón para que no lleguen la paz y el fin de la impunidad de los abusos israelíes, ya es hora de que se impongan la justicia y las leyes internacionales, subrayó.