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Consolidación democrática o gobernabilidad en perspectiva (1)

Licda. Norma Guevara de Ramirios @guevara_tuiter
Licda. Norma Guevara de Ramirios
@guevara_tuiter

Licda. Norma Guevara de Ramirios
@guevara_tuiter

Cuando hace 22 años se firmaron los Acuerdos de Paz entre el FMLN y el gobierno, pills for sale se afirmaba con facilidad que estábamos llegando a los inicios de una nueva nación, sick help era como tener un sueño real y despierto; imaginarse una sociedad en la cual los derechos humanos, sales buy cialis los derechos sociales, políticos y la justicia, fueran conquistados paso a paso sin interrupción. Los debates situaron en el imaginario político de trabajadores, profesionales y jóvenes estudiantes, el concepto de Estado Social y Democrático de Derecho, alegando que era preciso ir más allá del simple Estado de derecho o Estado de legalidad. Dos décadas después y con un primer gobierno de izquierda nos encontramos en un momento cualitativamente diferente que bien podemos caracterizar como la consolidación democrática, algo más que el concepto llano de gobernabilidad con un amplio reconocimiento y tutela de derechos de las personas.

Las reformas constitucionales de 1991 consignaron nuevas instituciones, entendidas éstas como conceptos y valores en forma de normas positivas; la opción política libre a tener partidos políticos, a competir por el respaldo de la ciudadanía en nuevos proyectos y visiones de la política mediante las elecciones; eso no existió antes, fue desconocido para las generaciones todavía nacidas en los años 50 del siglo pasado, a la que pertenecen la mayoría de miembros de FUSADES.

El aparecimiento de instituciones con mandato de velar por la vigencia y respeto a los derechos humanos. Un Tribunal que sacara el arbitraje electoral de una gendarmería oligárquica militar, es algo nuevo y bueno.

Darle su propio pedestal al sistema de justicia, con normas diferentes para nombrar Magistrados,  ejercer la judicatura con roles a segmentos como el de los abogados de ser parte determinante en la carrera judicial; más allá de sus resultados y de lo que se haga con estas responsabilidades, esos pasos se dieron como alumbramiento de una nueva nación, que caminara por el sendero de la democracia.

Transitar estos procesos ha requerido defensa firme y controvertida entre actores fundamentales. Dos espectros en juego de un lado, las fuerzas de derecha que abarcan más que el espacio de dos o tres partidos políticos, incluyen el poder mediático y el poder económico; por otra parte las fuerzas del pueblo que empujan sistemáticamente a la realización de sus derechos como seres humanos, como ciudadanos, como organizaciones sociales y populares; y aunque en este campo surjan más de dos o tres partidos, al FMLN le  ha tocado encabezar esa defensa y ha contado con mayor respaldo social. Por eso el centrismo como prédica de política intermedia ha hecho respetables esfuerzos con muy modestos resultados.

La sociedad ni es solo rojiblanco, ni es todo azul, quien mejor ha comprendido la diversidad ha sido el FMLN, las fuerzas políticas y sociales afines, por eso a la hora del primer gobierno, la gobernabilidad  ha sido más fundada en la elaboración de las políticas con la gente y para la gente más excluida, que en el acuerdo palaciego en el cual la derecha ha navegado toda su vida;  por eso más allá de los augurios de que Mauricio Funes no podría gobernar por falta de una mayoría legislativa a su favor y por la adversidad y bloqueo que los diversos poderes de la derecha usarían para bloquearle, sí se ha podido gobernar, se ha podido salir adelante frente a las descalificaciones y bloqueos, porque además de representar ideales de mayorías, se tiene la legitimidad y se ha innovado en institucionalidad, en legislación avanzada y democrática.

Sin apreciar en su justa dimensión el proceso político de país, sus avances y sus logros, más bien buscando negar su existencia se levantó la derecha en una campaña permanente de desprestigio de la gestión pública del actual gobierno, eso no suena bien a los oídos de un pueblo que ha caminado en este filo de las contradicciones; esas campañas, por más volumen que tengan no han podido lograr sus objetivos; el gobierno será imperfecto pero la gente es sensata y tiene sobre él y sus políticas impulsadas, una opinión positiva, de defensa de sus logros y de defensa de una perspectiva de consolidación democrática en el sentido más profundo de la palabra, esto es consolidación democrática.

Esta tendencia solo puede tener una perspectiva, continuidad. Siendo así, se impone para los actores de la derecha revisar sus conductas y para la izquierda, hacia su nuevo gobierno que el pueblo indudablemente le dará, mantener apertura para seguir caminando y consolidando nuestra sociedad en democracia, con mayores niveles de justicia que es lo que se produce solo con la inclusión y reconocimiento efectivo de los derechos de las personas en sus diferentes realidades.

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