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Conspiración contra El Salvador

César Ramírez
@caralvasalvador

Es notorio el bloqueo económico que la oposición política salvadoreña impulsa contra la administración gubernamental, se amparan en argumentos constitucionales versus todos los impuestos como: el patrimonio, el aumento al IVA recomendado por el FMI, impuestos a las importaciones de mercaderías, el fondo de ayuda a las víctimas de accidente de tránsito etc.; el conjunto de estas acciones originadas desde 1989 han provocado que el Estado deje de percibir ingresos que benefician a grandes sectores populares. Muchos de los problemas actuales son una herencia negativa desde la administración de Alfredo Cristiani.

La actitud del partido de oposición ARENA al negar sus votos para aprobar préstamos para la nación y la medida cautelar a favor de la emisión de bonos por $900 millones desde octubre de 2015 impactan la vida cotidiana del ciudadano común; ese ciudadano que a diario se transporta en autobuses colectivos, además debe caminar a pie ciertos tramos, mientras en sus barrios colonias o centros habitacionales, no disminuye la delincuencia, en ciertas horas aumenta la fragmentación social por las drogas expandidas por jóvenes delincuentes y no en pocas ocasiones sufre el acoso de diversas extorsiones; a estos ciudadanos les impacta la oposición incomprensible. Debemos comprender que la Constitución de la República tiene como objetivo “Hacer el Bien”, la Carta Magna es un contrato en beneficio de la nación, no una agenda ideológica para reprimir los intereses populares.

Interpretar la Constitución bajo esquemas políticos significa negar nuestra República, es desequilibrar las instituciones que dan sentido a la historia.

La conspiración económica es uno de los instrumentos que destruyen la unidad nacional, así como la manipulación de las noticias, los rumores etc. Por ello, no tiene sentido oponerse al bienestar de la nación solo para favorecer intereses electorales, puesto que mientras el desastre económico campea sobre las multitudes, un día el hambre y el caos también se presentarán de convidados de piedra, en una atmósfera siniestra que provocará la llegada de estallidos sociales incontrolables, que anunciarán un cambio económico irreversible.

Para algunas personas el empobrecimiento colectivo son buenas noticias, sus dineros están a salvo fuera de las fronteras nacionales, no obstante la lógica debe imponerse, así como la justicia, la seguridad nacional, puesto que la solución es posible con los votos del partido opositor para el financiamiento público y la revocatoria de la medida cautelar de los $900 millones para la emisión de bonos por la Sala de lo Constitucional, ello es suficiente para enviar un mensaje positivo al pueblo salvadoreño.

Se trata de una sola nación, una pequeña nación de cinco millones de habitantes junto a otros millones de emigrantes que viven en Estados Unidos… de eso se trata; una nación que por el momento se encuentra en peligro por el grave daño que ocasiona el fenómeno de las pandillas, del narcotráfico, la elusión y evasión fiscal, de personajes que han recibido miles de dólares mensuales del pueblo durante años y se oponen al aumento del salario mínimo, de eso hablamos, de eliminar esa conspiración electoral, para construir una nación posible en medio de tanto peligro social.

Deseo estar equivocado en mis razonamientos, para celebrar la anulación de la medida cautelar de la Sala de lo Constitucional y la aprobación del partido opositor a la emisión de bonos e impuestos… de lo contrario mis palabras son sentencias históricas.

www.cesarramirezcaralva.com

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