Mauricio Vallejo Márquez
Escritor y Editor suplemento Tres mil
El peor consejero es un ego sin control. Sobre todo cuando se pierde la oportunidad de avanzar por considerar que siempre se tiene la razón.
Lamentablemente la educación del ego implica un considerable esfuerzo que hace equipo con la humildad y a algunos eso les parece amaestramiento, por lo que desisten de perder su naturaleza.
El conocimiento se desarrolla a partir de datos y experiencias desarrolladas gracias a la asertividad, es decir que requiere la voluntad, aceptabilidad y tolerancia del que conocerá. El detalle es que no siempre estamos abiertos a permitir su influencia y construcción, sobre todo cuando creemos saberlo todo (bien dicen por ahí que la ignorancia es atrevida. Por lo general los consejos más simples resultan los más determinantes, pero por ser tan simples no los tomamos en cuenta.
Al comenzar mi oficio de escritor estaba ciego. Consideraba tener una brújula que me llevaba a ruta segura. Creía tener la razón y que mi visión de mundo era la verdadera. Por años evité seguir consejos, pensando que eso deforma la obra literaria. Es cierto que un consejo sin pericia puede destruir la obra literaria, sobre todo si es subjetivo y como en su momento ha comentado el poeta español, Benjamín Prado, hasta puede hacer daño.
Sin embargo, consejos sencillos como leer más y dedicar muchas horas al ejercicio y ejecución de obras literarias no está de más. Si uno no es bueno para algo, debe de practicar. Por esa misma razón los soldados pasan repitiendo y repitiendo sus ejercicios hasta dominar las acciones que efectuarán. Así hace también el artista: requiere práctica y constancia.
Será que no es algo cierto el hecho de que no haya llegado a existir dato de la historia ni libro inmortal sin interminables jornadas de desvelo y sacrificio.
Lamentablemente en mi caso siento que lo descubrí tarde, pero con fortuna sigo a tiempo. Y así cada uno de nosotros que tengan sueños. Para que se concreten requieren del esfuerzo, de qué tanto estás dispuesto a hacer para lograrlo.
Todas las personas que han hecho cosas increíbles y se han posicionado como genios no fue solo por el talento que tenían, sino por su trabajo. Con el talento se nace, pero es imprescindible el hecho de que se debe educar para llegar a las alturas que debe conquistar.
¿Acaso el mundo no está lleno de gente talentosa? Claro que lo está, pero a la vez es gente cómoda como la liebre de la fábula que compite con la tortuga. La liebre confiada de que va a ganar decide tomar una siesta a la sombra de un árbol, mientras la tortuga con tesón y constancia llega a la meta. A pesar de que todas las apuestas estuvieron a favor de la liebre, el resultado es para los que tienen la constancia.
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