César Ramírez
@caralvasalvador
La historia documenta acciones por la cual es posible cambiar la Constitución, la forma más usada el siglo pasado fue El Golpe de Estado, ahora en los últimos años hemos vivido el drama del irrespeto constitucional de “facto”, desde la destitución de los magistrados del Corte Suprema hasta la anunciada y en marcha reelección presidencial, es un perplejo en la comunidad jurídica.
Existe otra docena de eventos que constituyen absurdos de interpretación legal, pero que están a la vista nacional.
En nuestro tema de atropello a la Constitución conocemos los siguientes eventos: Golpe de Estado; Reformas del Mandatario (Junta de Gobierno, imposiciones, legalidad por decreto legislativo a favor de inconstitucionalidad, etc.), convocar a una Asamblea Constituyente… éstas formas fueron usadas por el General Martínez 1931-1944.
Una Asamblea Constituyente fue instalada en 1885, que dicta una nueva legalidad constitucional.
Al dictar una nueva Constitución de ejecuta un nuevo estilo de gobernante y gobernados, en ese cause el Golpe de Estado 2 de diciembre de 1931 del Gral. Martínez y su Directorio atropelló la constitución de 1886, no conforme creó una nueva Constitución vigente a partir del 20 de enero de 1939, destacando el período presidencial pasa de cuatro a seis años… El 15 de febrero de 1944 la Asamblea Nacional Constituyente pretende que el Gral. Martínez continúe en el poder hasta 1949 “por esta única vez” afimaban… El 9 de mayo de 1944 el Gral. Martínez designó al Gral. Andrés Menéndez con el objetivo de continuar en el poder, pero fracasó.
De esa forma se construye el camino de una reelección indefinida, es evidente la manipulación que realizó el General Martínez a costa de un Estado Policial y persecución de opositores.
En El Salvador el ciclo de esa violencia continúa entre golpes de Estado y en 1950 se instaló una Asamblea Constituyente elaborando la Constitución de 1950 y finalmente 15 de octubre de 1979 acontece el golpe de Estado de la Juventud Militar Salvadoreña… en 1983 Decreto No. 38 de la Asamblea Constituyente del 15 de diciembre de 1983 expresa: “ … Los fundamentos de la convivencia nacional con base en el respeto a la dignidad de la persona humana, en la construcción de una sociedad justa, esencia de la democracia y al espíritu de la libertad y justicia, valores de nuestra herencia humanista” Decretamos, sancionamos y proclamamos la siguiente Constitución etc.
No debemos temer a la Historia, sino a la ignorancia de sus eventos, son datos y citas de documentos, pero encierran vidas y represión a poblaciones.
Las palabras de la Asamblea Constituyente de 1983 deberían ser respetadas en 2024 bajo el mandato constitucional que prohíbe la reelección presidencial, pero como hemos observado en otras publicaciones, la actual Constitución parece letra muerta o parte de un ideario utópico.
¿Una Asamblea Constituyente 2024?
Imaginemos el contenido de una Nueva Constitución a la medida de la actual administración (reelección indefinida, instalación de reformas por consulta popular, centralización de presupuesto, discreción de dinero del pueblo, abolición de instituciones de contraloría, nueva legalidad, participación política de nuevas instituciones, aumento del período de administración etc.) en síntesis abolición del Acuerdo de Paz de 1992; una “Nueva Constitución” parece una de las herramientas del pasado que conocemos, es una nube negra proyectada sobre la democracia salvadoreña y nuestro destino.