Consummatum est
Tal como se esperaba, la nueva legislatura del presidente inconstitucional, Nayib Bukele, solo aguardaba a que le dieran la orden para ratificar la reforma al artículo 248 de la Constitución de la República, que con ello prácticamente se termina la república.
Lo que hicieron el miércoles pasado los 57 diputados oficialista, ratificar lo que la Asamblea Legislativa anterior, controlada por Nuevas Ideas, hizo en abril de 2024, al reformar el artículo 248, que hasta el miércoles ordenaba que, una reforma constitucional la realiza una Asamblea y la siguiente la ratifica. Hasta aquí, al parecer, todo en aparente orden.
Pero no es tan así. En primer lugar, porque la reforma a un artículo de la Constitución amerita debate, que la conozcan los diferentes sectores de la sociedad, pues, cuál ley primaria, debe cumplirla todos y todas, y por ende, deben conocerla todos y todas.
Esa discusión o debate no se hizo ni en abril de 2024 ni en enero de 2015. De la noche a la mañana apareció “la necesidad” de ratificar la reforma constitucional.
La justificación de los diputados oficialistas fue la decisión de Bukele de quitarle a los pocos partidos políticos legalmente inscritos, y por ende con vida jurídica, de quitarles la deuda política.
La deuda política que se le dá a los diputados por los votos obtenidos en una elección, con valores distintos según el tipo de elección, lo contempla el artículo 210 de la Constitución. Es decir, la deuda política era un derecho constitucional para los partidos políticos.
Tomar la decisión de quitar esa deuda política debió pasar por muchos análisis, en primer y fundamentalmente porqué, el constituyente tomó esa decisión. Si se estudian los considerandos, al menos de la Constitución de 1983 mil veces mancilladas por Bukele encontraremos que una de las principales razones era para quitarle la potestad única a los millonarios de acceder al poder vía elecciones.
Si se estudian los movimientos políticos hasta las elecciones de finales de 1920, encontraremos que hasta esa fecha solo los oligarcas podían participar en elecciones, por eso es que desde la fundación de la nación salvadoreña, hasta finales de la década de los 20 solo los oligarcas gobernaron el país.
El constituyente dio paso así, para que otros sectores de la sociedad que no fueran de la oligarquía pudieran fundar partidos políticos y facilitarles su participación en los procesos electorales mediante la deuda política.
Entonces, cuando Bukele decide eliminar la deuda política está diciendo que a partir de ahora, los únicos que podrán tener partidos políticos y participar en elecciones serán sólo los millonarios.
Otro elemento que es necesario preguntarse y discutir, al menos para tenerlo claro, es porque quita la deuda política, en un momento que no está cerca ningún proceso electoral. Las elecciones más próximas, si no las anula Bukele, están previstas, según el calendario electoral de 2027. ¿Por qué meterse en el tema electoral dos años antes de un proceso electoral?
En segundo lugar, volviendo al 248, es necesario que la ciudadanía sepa que con reforma al inciso segundo del artículo en comento, una misma Asamblea puede hacer reforma de la Constitución y la misma Asamblea podrá ratificarla. Esto significa que la actual Asamblea reformará y ratificará cualquier reforma que al presidente Bukele se le venga en gana, como ha ocurrido con la Deuda Política.
La Asamblea de Bukele, con Bukele, han convertido la Constitución en cualquier ley de la república, ya no es la Carta Magna, es cualquier cosa.
En tercer lugar, dado que el 248 es considerado uno de los artículos pétreos, por el candado que suponía al respeto de su articulado, significa que su reforma es inconstitucional, y que este artículo solo debió ser reformado por una Asamblea Constituyente, eso lo sabe Bukele, los que seguramente no lo saben son los “puyabotones”, pero igual, hoy todo se ha consumado.