El hombre ha intuido su propia esencia, pero al no poder aislarla para identificarla necesita proyectarla fuera de sí y atribuírsela a un Dios creado por él, que imagina en un más allá. Así la encuentra más fácilmente, pero también se ve despojado de ella, provocando su propia alienación (la palabra viene de alienus, “ajeno”).
Para Marx y Engels, lo divino no es otra cosa que la esencia del hombre como especie, mientras que lo humano es la esencia del hombre como individuo. El hombre pone sus propios atributos (inteligencia, amor, voluntad…), fuera de sí mismo, en otro ser llamado Dios. Esos atributos son lo mejor de sí mismo, y le caracterizan como especie. Por eso se produce el antropomorfismo de Dios, se le suele dar forma de hombre, y se le convierte en un ser moral dotado de la capacidad de premiar, castigar y perdonar. El hombre alienado se encuentra sometido a un poder extraño a él que lo domina y le impide ser él mismo, sujetándole a leyes impuestas. La religión es la esperanza de que en otro lugar exista la justicia que no hay en el mundo, por eso incita a soportar la opresión: “es el opio del pueblo”. Puesto que el hombre necesita de una religión, el único Dios del hombre debe ser la humanidad. Según Marx, el camino de la emancipación moral es la crítica de la conciencia religiosa y la devolución al hombre de la esencia humana.
Pero hay otras formas distintas de alienación. El hombre es un ser material, tiene unas necesidades que satisfacer y se ve obligado a trabajar para ello. En cierto modo, el hombre se identifica con su trabajo, y se ve reflejado en el fruto del mismo. Cuando un trabajador vende su fuerza de trabajo se deshumaniza. Se produce alienación en el momento en que al hombre ya no le pertenece su propio trabajo, como tampoco el fruto del mismo. El trabajador se ama a sí mismo, ama su trabajo cuando el mismo lo regula y disfruta la mercancía producida. Cuando se ve obligado a entregar su trabajo al patrón, se encuentra alienado y debe ser oprimido para que esa alienación se mantenga. Sólo la lucha revolucionara de la clase trabajadora conduce a la emancipación y al fin de esa opresión. Otros ejemplos de alienación es la que sufre la mujer bajo el actual sistema patriarcal, la alienación de la sociedad que entrega su propio poder al Estado y cree que lo necesita, la alienación cultural que provocan los medios de masas, etc.
LA DIALÉCTICA
Ésta es la formulación del desarrollo más multilateral y rica en contenido. Es una teoría que abarca prácticamente todos los campos de la ciencia, la vida, la historia y el mundo. Es tremendamente abstracta y profunda. La dialéctica surge para explicar el desarrollo de los procesos sociales, históricos, físicos, químicos,… es decir, de cualquier proceso. De ahí su carácter polivalente y universal, y la imposibilidad de contradecirla. Marx tomo la dialéctica de la filosofía Hegeliana, pero despojándola de su envoltura idealista para ponerla al servicio del materialismo.
La dialéctica supone una forma de ver el mundo, no como un conjunto de objetos terminados y estables, sino como un conjunto de realidades cambiantes. Para comprender la dialéctica, debemos aceptar que absolutamente todo, tanto lo material como los conceptos abstractos, se halla sometido a un continuo proceso de cambio, de nacimiento y muerte. La dialéctica niega la existencia de realidades inmutables. Todo aquello en lo que podemos pensar sufre desarrollo y variación: las sociedades, el ideal de belleza, de justicia, el significado de conceptos como “casa”, “dios”, “mundo”,… A lo largo de este desarrollo tarde o temprano se repiten etapas ya recorridas, pero con una base más alta, una “negación de la negación”, es como un avance en espiral (en lugar de lineal o circular).
¿Cómo se produce este desarrollo? ¿Cuál es su motor? Éste es el núcleo de la cuestión, y sobre el que Marx se detiene a investigar. Según él, el desarrollo no se produce de un modo gradual, paulatinamente, si no que ocurre “a saltos”, presenta discontinuidades, cataclismos, revoluciones,…
Los “impulsos internos” de este desarrollo, su motor, son las contradicciones. Los choques de fuerzas en el interior de un sistema (físico, biológico, social, económico,…) le hacen avanzar a saltos. Cuando en un sistema aparece una fuerza, se encuentra con su opuesta y genera una contradicción. Esta contradicción no se disuelve, si no que su resolución requiere de la transición a otro sistema.