Por Luis Torres de la Llosa
París/AFP
París y sus suburbios limitaron este lunes la circulación a la mitad de los vehículos por la elevada contaminación ambiental, ampoule que a menos de una semana de las elecciones municipales se convirtió en tema de campaña.
La nube de aire contaminado que cubre el oeste de Europa incluyendo parte de Francia, no rx Alemania y Bélgica, see justificó según las autoridades francesas las medidas drásticas adoptadas en París, sin precedentes desde 1997.
Unos 700 policías fueron desplegados en 60 puntos de control de la capital donde sólo circularon vehículos con matrícula impar, salvo autorización especial.
Los automovilistas y motociclistas que circulen con matrícula par deben abonar una multa de 22 euros si la pagan de inmediato y 35 euros a partir de tres días después.
Según el primer ministro Jean-Marc Ayrault los automovilistas parisinos «aceptaron» las restricciones, aplicadas a menudo en otras ciudades contaminadas del mundo.
Las medidas contra la partículas en suspensión en el aire anunciadas a una semana de las elecciones municipales fueron saludadas por la izquierda y los ecologistas pero levantaron una salva de críticas en la oposición de derecha.
Los franceses votan el 23 de marzo en los primeros comicios desde la llegada al poder del socialista François Hollande (PS), cuya impopularidad también anda por las nubes.
La derecha no necesariamente capitalizará todo ese descontento, envuelta a su vez en una polvareda de escándalos y divisiones internas desde la derrota electoral de Nicolas Sarkozy al frente del partido UMP.
Denuncias de tráfico de influencias, abuso de poder y acusaciones de espionaje político enrarecieron también el aire de la arena política pero es difícil prever el impacto sobre los comicios municipales donde suelen dominar cuestiones locales.
La extrema derecha del Frente Nacional (FN) espera por su parte sacar ganancia de ese mar revuelto: presentó una cantidad récord de candidatos y anticipa conquistar entre 10 y 15 alcaldías.
Según encuestas, un tercio de los franceses «comparten ideas» con el FN de Marine Le Pen, lo cual en las urnas podría restar votos a la derecha tradicional en la primera vuelta y facilitar en la segunda la elección de candidatos salientes de izquierda en dificultades.
El presidente de la UMP Jean-François Copé, fustigó a las restricciones de circulación como una medida de mera «comunicación» del gobierno socialista.
La candidata de ese partido opositor de derecha a la alcaldía de París, Nathalie Kosciusko-Morizet, también la criticó como una mera tentativa de ocultar la ausencia de política ambiental.
Por su parte la ministra de Salud Marisol Touraine se felicitó al contrario de que «por primera vez haya un gobierno que asume responsabilidades».
Según las autoridades, las partículas en suspensión en el aire pueden provocar asma, alergias, enfermedades respiratorias o cardiovasculares y las más finas son consideradas cancerígenas.
Las consultas de los franceses vinculadas a la contaminación aumentaron desde el viernes en los hospitales de la capital y sus alrededores, especialmente de niños, según Touraine.
Airparif, el organismo encargado de vigilar la calidad del aire, anunció una «neta mejoría» de las condiciones para el martes en la capital francesa y sus alrededores.