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A cinco días del consumarse el golpe de Estado contra el presidente legítimo Evo Morales, los bolivianos siguen movilizados para exigir el respeto de la democracia y la renuncia de la senadora Jeanine Áñez, quien se autoproclamó presidenta interina.
Pese a reiterar que las protestas son pacíficas, las agentes de la Policía y las Fuerzas Armadas han reprimido a los manifestantes con gases lacrimógenos para dispersarlos.
Los bolivianos vienen de zonas rurales y se suman a los manifestantes de El Alto que exigen el retorno a la Presidencia de Morales. «Los militares no pueden venir con balas, vengan con la Constitución, a hacerla cumplir», aseveró ante la multitud reunida en La Paz, el parlamentario boliviano Rubén Chambi, del Movimiento al Socialismo (MAS).
Los marchistas, que integran varias organizaciones de campesinos, anunciaron que no enviarán alimentos a la ciudad hasta que se restituya la democracia en el país. Además, en la ciudad, donde funcionan las sedes de Gobierno, comienza a escasear el combustible.
Aseguran que la oposición golpista ha ejecutado un golpe de Estado racista que pone en riesgo los logros de la administración de Morales.
Los bolivianos reunidos en La Paz leyeron la Constitución de Bolivia que establece los pasos a seguir en caso de existir una renuncia del mandatario. Denuncian que Áñez, apoyada por los militaresy policías, han roto con la institucionalidad y exigen el regreso de Morales.
El mandatario boliviano se mantiene asilado en México, luego de renunciar ante la presión de una arremetida violenta de los golpistas contra el pueblo y seguidores del MAS.
Desde la nación norteamericana, Morales llama a entablar un diálogo político que permita devolver la paz a Bolivia y brindar una solución democrática.