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CONTINUACIÓN DEL VUELO DE LA MARIPOSA

Carlos Andrés Villacorta,

Escritor

 

Contenta y feliz, la nueva mariposa, de experimentar la satisfacción y el privilegio de volar. Voló y voló más. Se sentía dichosa y cuando penetraba  en bosques  floridos donde había enredaderas de  campánulas, rosas fragantes poco a poco fue descubriendo que su misión era llevar con sus patitas el polen de flor en flor.

En una ladera agreste se encontró con un asno, y su sorpresa fue muy grande pues el asno le decía que saliera de sus propiedades y rebuznaba en forma escandalosa, la mariposa le preguntó sorprendida por la malcriadeza del burro, dime que te he hecho para que me trates así, a lo que el burro contesto: me llamo Roberto Candilejas y no soporto las mariposas, pues yo no puedo volar  y ustedes las mariposas vuelan de rama en rama como lo hacen los pájaros.

De eso no tengo la culpa contesta la mariposa, Dios nos hizo así frágiles y bellas, amamos al viento, al sol y a las estrellas, cuando los poetas escriben sus versos siempre nos mencionan, pues somos parte de su inspiración. Entonces el burro se molestó más,  la mariposa huyó  y voló se alejó lo más lejos posible  y se unió con otras mariposas que iban de viaje.  A lo lejos se escuchaban los rebuznos del burro que estaba muy enojado los animales que estaban cercanos al burro salieron huyendo despavoridos.

Todos ya sabían que el asno estaba medio loco, pues decían gentes muy formales del lugar que el asno comía de una planta y que sus hojas le producían tal efecto, aunque no lo aseguran pero creen que era marihuana que lo ponía en ese estado.

A alguien el escucho decir:  que Dédalo el de la mitología griega había descubierto el secreto de las aves para volar él dijo: haré lo mismo que Dédalo, pero al darse cuenta que todos sus intentos eran un fracaso comenzó por odiar a toda ave, a toda mariposa, a los zopilotes, a las guacalchillas y a toda pájaro que por ahí se acercase, un día pasó una libélula y quiso comérsela, pues todo lo que volaba le molestaba ya que él no podía volar.

Sin embargo a pesar de todas estas desviaciones mentales del burro su dueña lo quería mucho y sentía gran compasión por él, todo este escenario se desarrollaba en la propiedad de la finca san Diego ubicada en las faldas del volcán de San Vicente (Chichontepec)  propiedad de la señora Belisa Candilejas y es por eso que lo había bautizado con el nombre de Roberto Candilejas. Y por esta razón fue que trató tan mal a la mariposita.

 

 

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