Por Michael Mainville
Ginebra/AFP
La oposición siria anunció el miércoles un «positivo paso adelante» en las negociaciones con el gobierno en Ginebra, pharmacy tras abordarse «por primera vez» el tema de un gobierno de transición.
Por su parte, la delegación del gobierno de Bashar al Asad también calificó de «positivas» las conversaciones, afirmando que se había hablado del acuerdo Ginebra I, firmado entre las grandes potencias en junio de 2012, y que lo principal era acabar con la violencia y «frenar el terrorismo».
«Hoy hubo un positivo paso adelante porque por primera vez estamos hablando de la autoridad gubernamental de transición, para terminar con la dictadura, los combates y la miseria en Siria», afirmó a la prensa Luai Safi, un miembro de la oposición, al final de una sesión matutina presidida por el mediador Lakhdar Brahimi.
«No hablamos de los detalles, sino del marco general para las conversaciones sobre el órgano de gobierno de transición», puntualizó.
La delegada del gobierno Buthaina Shaaban confirmó que se había hablado de Ginebra I, pero agregó que «su primer punto es frenar la violencia que ahora se ha convertido en terrorismo».
«La única diferencia entre nosotros y ellos -la cual es una gran diferencia- es que queremos hablar de Ginebra I punto por punto, empezando por el primero (…) Ellos quieren pegar un salto hasta el punto que habla del gobierno de transición y lo único que les interesa es estar en el gobierno, mientras que a nosotros nos interesa frenar esta guerra horrible», aseguró.
En la noche del martes, tras cuatro días de negociaciones entre el gobierno y la oposición sirios en Ginebra, no se habían registrado señales de avances en la espinosa cuestión de la transición política o el suministro de ayuda humanitaria.
Su incapacidad para ponerse de acuerdo sobre alguna medida humanitaria ha provocado una gran decepción, especialmente entre los habitantes asediados de la ciudad de Homs, donde los camiones de la ONU están esperando que se les permita entrar para entregar alimentos y material médico.
Las conversaciones se bloquearon el martes después de que la delegación del gobierno urgiera a los participantes a adoptar una declaración de condena a Estados Unidos por respaldar a los «terroristas» -término con el que designan a los rebeldes- en Siria.
La oposición dijo que presentó su «visión» sobre la manera de avanzar, pero que los representantes del gobierno se negaron a hablar del tema.
Brahimi anuló la sesión vespertina del martes y convocó a las partes para lo que dijo esperar que fuera «una sesión mejor» en la mañana del miércoles.
«Nadie se retira, nadie se escapa», declaró Brahimi a la prensa. «No hemos logrado ningún avance, pero seguimos en ello y esto, por lo que a mi respecta, es suficiente».
Las dos partes están reunidas en el mayor esfuerzo diplomático hasta la fecha para acabar con la guerra civil que en casi tres años ha dejado más de 130.000 muertos y millones de desplazados.
En la única promesa tangible que ha emergido de las reuniones, Brahimi dijo el domingo que el gobierno accedió a dejar salir a las mujeres y a los niños de las zonas rebeldes asediadas de Homs.
Pero hasta ahora no se ha producido ningún movimiento, ni sobre una evacuación ni sobre la esperanza de Brahimi de que se permita la entrada de los convoyes de ayuda.
El casco antiguo de Homs está asediado desde junio de 2012, cuando los rebeldes se levantaron contra el gobierno, y unas 500 familias viven allá con bombardeos casi diarios y suministros mínimos.
Fueron necesarios meses de presiones de Washington, que respalda a la oposición, y Moscú, aliado clave de Asad, para reunir a las dos partes enfrentadas.