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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
En el 40 aniversario de fundación el Comité de Presos Políticos de El Salvador (COPPES) pidió al Estado el reconocimiento de la organización, y entregar los documentos que faciliten llevar ante la justicia a los responsables de cometer crímenes de guerra, innumerables desaparecidos y masacres.
Oscar Garza -presidente del COPPES- consideró que la responsabilidad de quienes forman parte de la organización es continuar en la lucha iniciada en septiembre de 1980 y llevar a los tribunales a quienes cometieron esos crímenes, ya que tienen nombre y apellido, como el general Blandon, Elena Fuentes, el Chato Vargas, personas que tienen una vida pública y cuyas familias creen tener cerca de ellos a gentes honorables, pero sencillamente conviven con asesinos.
“Los compañeros nuestros que hoy son parte de las curules les han abrazado como compañeros, en lugar de acompañar las luchas nuestras por reivindicar el derecho de las víctimas a los largo de estos años. No les debemos nada, nos deben todo, cobardes que desde sus curules calientan la mentira que les arropa, hoy se abrazan a sus asesinos sin pensar que ellos no han guardado sus cuchillos, nosotros ente tanto, paso a paso vamos alcanzando pequeñas victorias, sobreviviendo y teniendo los aliados que necesitamos para seguir el sueño de llevar a la justicia a los asesinos”, afirmó Garza.
Recordó como una tarde-noche de septiembre de 1980 junto a tres jóvenes que no pasaban de los 18 años fueron sacados de las celdas donde eran torturados, bajo los salones donde ensañaban los grupos musicales de la Policía de Hacienda y se encontraba la cocina, con las mujeres haciendo el ruido, el cual evitaba que se escucharan los gritos de tortura, fueron llevados amarrados a la espalda, con la cara cubierta con trapos sucios y metidos a tanquetas con rumbo desconocido.
Después de recorrer cierto tiempo el tráfico, se encontraron en un lugar que resultó ser el Garitón del penal de Santa Tecla, donde todavía fueron insultados por los agentes de la Policía de Hacienda y luego entregados a los encargados de la cárcel, al día siguiente eran miembros del COPPES, pues días antes un grupo de valientes compañeros decidieron tomarse las celdas de dicho penal y exigir ser reconocidos como presos políticos.
“Conmemoramos la fecha en que el COPPES surgió como una organización la cual, garantizó que las vidas de los compañeros fueran respetadas al ser trasladados a los centros penales. No fuimos presos acusados de asesinos, ladrones, violadores o corruptos; nos electrocutaron, nos quemaron, nos violentaron, nos mordieron sus perros, nos golpearon con sus biblias, nos violaron, insultaron, amenazaron con acabar con lo último de nuestros genes, desayunamos, almorzamos y cenamos tortura”, reiteró.
Asimismo, dijo que las violaciones a sus derechos humanos y todo lo vivido en los penales, no logró romper en ellos el espíritu de alcanzar la victoria y enfrentar la dictadura, fueron capaces de enfrentar la tortura sin poner en riesgo ni el futuro de la revolución y tampoco al resto de compañeros y familiares.
Oswaldo Villeda (expreso político residente en Canadá) participó activamente del COPPES entre 1982 y 1983 cuando fue remitido al penal de Mariona, luego de haber sido torturado y estar desaparecido por tres semanas, recordó el nivel de organización, orgullo y lucha que mantenían en la cárcel.
Entre tanto, el padre José María Tojeira -director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA- destacó el trabajo de COPPES en la defensa de los derechos de las personas, de recuperación de la propia dignidad humana y contra el crimen de lesa humanidad, pues trabajar con ellos es hacerlo con verdaderos héroes de la resistencia frente al mal, que dan ejemplo de cómo enfrentar un problema y superar a los autores del miedo.
“Quiero animarlos a seguir en la tarea de lograr verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, la tortura es lo peor que se puede tener, muchos de los presos políticos salvadoreños fueron torturados, maltratados, sometidos a tratos crueles e inhumanos. Ser testigos de la dignidad humana es una tarea que nos corresponde a todos, pero hacerla acompañada por los compañeros de COPPES es un honor, gracias por el ejemplo que nos dan”, recalcó Tojeira.
La Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD) reconoció el trabajo de COPPES y consideró necesario que las nuevas generaciones sepan el valor de un rayito de sol en prisión, pues el sol que alumbra ahora en libertad es el resultado de la sangre de hombres y mujeres que lucharon por ella.
COPPES surgió el 15 de septiembre de 1980 por demandas políticas ante un régimen criminal, durante este tiempo ha pedido el status, reconocimiento y respeto debido, sus miembros enfrentaron la represión aún dentro de la prisión, así como cateos sorpresivos en horas de la madrugada, golpizas y torturas, amenaza tácita o expresa de ser asesinados en cualquier momento, sin embargo, nunca lograron doblegar su moral.
