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Corea del Norte y el Club Nuclear

Herson Vázkez
Docente de Relaciones Internacionales

Los recientes acontecimientos críticos de la política internacional en Corea del Norte y su programa nuclear responde a una situación precisa: El Club Nuclear que históricamente se ha compuesto por las cinco potencias del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas han cerrado la posibilidad de que nuevos actores (a excepción de India, Pakistán e Israel) puedan acceder a desarrollar armamento de destrucción masiva, el cual según ellos, amenaza con la seguridad y la paz internacionales.

Es mundialmente sabido, que la posesión de armamento de destrucción masiva está concentrada en ocho países conocidos como el “Club Nuclear”: Rusia, EEUU, China, Reino Unido, Francia, India, Pakistán, Corea del Norte, y de una forma discreta, a manera de secreto a voces, Israel.

El siguiente cuadro muestra un estimado actual de las potencias nucleares, realizado por el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación por la Paz (SIPRI por sus siglas en inglés), donde se presenta el año de la primera prueba nuclear; ojivas desplegadas; otras ojivas y un total final, hasta el año 2017.

Table 1. World nuclear forces, 2017 (Potencias Nucleares Mundiales, 2017)

Fuente: www.sipri.org: Global Nuclear Weapons: Modernization Remains the Priority

No es ninguna casualidad que este grupo posea una significativa cantidad de armas de destrucción masiva. Las armas nucleares son producto de una esmerada carrera de armamentos que se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando las grandes potencias como Alemania, Estados Unidos y la ex Unión Soviética, junto a las Francia e Inglaterra, buscaban equilibrar las relaciones internacionales a favor de sus intereses, teniendo en común, que todas obstruirían el ascenso de la Alemania dirigida por los nazis.

Durante más de medio siglo, el armamento nuclear ha sido un elemento de disuasión, contención y equilibrio estratégico, en otras palabras, para que no se pueda desatar una guerra directa como las últimas dos guerras mundiales. En todo caso, el arsenal nuclear es un elemento de poder que consolida a cualquier país que lo adquiera, en una potencia que puede determinar fuertes presiones de negociación en un eventual o permanente conflicto político militar.

En esta disyuntiva estamos actualmente, cuando vemos en Corea del Norte, no solamente una potencia nuclear, sino también, un país que insiste en tener los mismos derechos que las demás potencias atómicas, justificando con ello, el desarrollo de su arsenal de destrucción masivo, con el objetivo de acrecentar su presencia política y estratégica en la región de Asia del Este. Como apunte histórico, Corea del Norte es una potencia nuclear gracias a los esfuerzos de la China liderada por Mao Tse Tung, cuando esta potencia oriental establecía en pleno auge de la Guerra Fría (1948-1989), un perímetro de defensa nuclear, frente a posibles focos de guerra que hubiesen provocado Japón, Corea del Sur y sus adversarios occidentales influenciados por Estados Unidos.

Hoy en día, refiriéndonos a la segunda década del siglo XXI, Corea del Norte justifica sus ensayos nucleares en el principio de autodeterminación y soberanía que le confiere el derecho internacional. Sin embargo, el “Club Nuclear” parece tener una excepción de miembros.

Hasta la fecha, el Tratado de no Proliferación Nuclear, establece que ningún país puede optar a desarrollar armamento de destrucción masiva; asimismo, insta que las dos grandes potencias nucleares: Rusia y EE.UU, reduzcan su arsenal autonómico, pero en ninguna cláusula, ni que fueran ingenuos, han establecido reducir en absoluto, la cantidad de ojivas de nucleares que cada uno posee.

Es más, el Tratado de no Proliferación Nuclear, aún no ha sido firmado por Israel, Pakistán, Corea del Norte y la India.

Además de esto, es importante conocer, que el derecho internacional está muy influenciado por las posiciones políticas de las grandes potencias, y presionar un país con armamento de disuasión nuclear, es como querer abrir un agujero en la pared con un corcho. El poder fáctico; el poder duro (hard power) está determinado por la fuerza.

La fuerza en este caso, está determinada por la capacidad nuclear. Y la suma de estos elementos hacen de un país, una potencia influyente en sus intereses globales.

Corea del Norte está dispuesta a dar el más arriesgado de los juegos en la historia. Kim Jong-un, en casi todas sus declaraciones a la prensa local, ha sido enfático en apostarle a una guerra contra EE.UU., si este se opone a su programa nuclear. Legítimo o no, es cuestión de enfoque. De si es legítimo que unos puedan tener más de 2000 ojivas nucleares desplegadas, listas para ser lanzadas a cualquier objetivo, y de que ese derecho fáctico del poder duro en las relaciones internacionales, esté excluido a otros países, tiene mucho que debatirse.

Qué reflexión final podemos sacar de esta nueva forma de hacer la guerra. Estados Unidos aprovechará cualquier intento de Corea del Norte por desarrollar su programa nuclear, y lo tomará como una amenaza a su seguridad.

En el trasfondo, no es tanto la amenaza norcoreana, quizá esté más enfocado en establecer un control militar en la región, el cual le dé la pauta para dominar áreas geopolíticamente estratégicas vinculadas con Rusia, China, Japón, y la India. Recordemos que sus adversarios reales en esa región son por excelencia, el ascenso del poder militar ruso y la amenazadora economía china que desestabiliza los verdaderos intereses económicos, militares y políticos de EE.UU.®

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