Por Hwang Sung-Hee/Paju/AFP
Corea del Norte ordenó este jueves a todos los surcoreanos que abandonen el parque industrial conjunto de Kaesong, diagnosis anunció que se incautará de todo el material y calificó de «declaración de guerra» la decisión de Seúl de cerrar el complejo.
Este anuncio de Pyongyang es la respuesta a la decisión de Corea del Sur de cesar las operaciones en Kaesong, en territorio norcoreano, como represalia al lanzamiento de un cohete de largo alcance el domingo pasado.
Al cerrar Kaesong, el Sur ha acabado con el «último» vínculo entre el Norte y el Sur, lo que constituye una «peligrosa declaración de guerra», según un comunicado del órgano norcoreano «Comité para la Reunificación Pacífica de Corea».
En un comunicado publicado por la agencia oficial norcoreana KCNA, el Comité dijo que cerrará Kaesong y lo convertirá en zona militar. También anunció el fin de todas las comunicaciones militares con Corea del Sur y el cierre de un túnel que conecta los dos países a través del pueblo fronterizo de Panmunjom.
Los surcoreanos recibieron la orden de abandonar Kaesong antes de las 05h00 locales (08h30 GMT) y sólo podrán recoger sus enseres personales.
La asociación que representa a las 124 empresas industriales surcoreanas, que emplean a 53.000 norcoreanos en Kaesong, consideraron «injusto» el cierre del complejo.
«Es como si nos ordenaran saltar de un acantilado», denunció el presidente de esta asociación, Jeong Gi-Seob.
«Estoy atónito ante lo que está ocurriendo», se lamentó Jang Ik-Ho, director en una sociedad de ingeniería de Kaesong, antes de atravesar la frontera.
«Todas las empresas han hecho lo máximo para que todo funcione, y ¡esto es lo que ocurre! ¿Que hemos hecho para merecer esto?», se preguntaba.
Estas palabras reflejaban un sentimiento de revuelta entre los empresarios surcoreanos afectados por la medida.
Un cierre «inevitable»
Cientos de camiones surcoreanos atravesaron el jueves por la mañana la frontera con el Norte para recuperar material y bienes producidos en el complejo intercoreano de Kaesong.
Seúl había calificado de «inevitable» el cierre de Kaesong, uno de los últimos proyectos conjuntos entre ambas Coreas y presentado en 2004 como el símbolo de la «reconciliación».
El gobierno surcoreano acusó el miércoles a Pyongyang de haber utilizado cientos de millones de dólares de divisas recaudadas en Kaesong para financiar sus programas de armamento.
La zona de Kaesong siempre se ha presentado como una fuente clave de divisas extranjeras para Pyongyang, pero también representa, desde su apertura, una ganga para las empresas surcoreanas, que disponen de una mano de obra norcoreana más barata y cuentan con numerosos beneficios fiscales.
Kaesong fue resultado de la «diplomacia del rayo de sol», conducida por Corea del Sur de 1998 a 2008 para alentar los contactos entre ambos hermanos enemigos, y se ha mantenido bastante al margen del conflicto entre ambos.
El subsecretario de Estado norteamericano para Asia, Daniel Russel, estimó que la decisión de Seúl era un «indicador incontestable de la gravedad con la que observan las provocaciones» norcoreanas.
Tras llevar a cabo el 6 de enero su cuarto ensayo nuclear, Corea del Norte disparó el domingo un cohete, en violación de varias resoluciones de Naciones Unidas.
Russel urgió a trabajar todavía más para convencer a los dirigentes norcoreanos de que «no podrán entrar en el sistema económico internacional (…) mientras Corea del Norte continúe con sus programas nucleares y balísticos».
El Senado de Estados Unidos adoptó el miércoles por la noche por unanimidad una ley que hace obligatorias las sanciones existentes contra toda persona o empresa que ayude al régimen de Pyongyang, especialmente en lo que refiere a adquirir materiales para fabricar armas de destrucción masiva.
Japón también anunció nuevas sanciones, entre ellas la prohibición para los buques norcoreanos, «incluso aquellos de carácter humanitario», de acceder a los puertos japoneses.