Por Hwang Sunghee
Seúl/AFP
Corea del Norte disparó este lunes cuatro misiles balísticos en un nuevo desafío al presidente norteamericano Donald Trump y tres de ellos cayeron cerca de las costas de su aliado Japón.
Corea del Sur indicó que los misiles fueron lanzados hacia el Mar de Japón y que junto a Estados Unidos estaba «analizando en detalle» lo sucedido, calificando de «amenaza real e inmediata» la conducta de su vecino del Norte.
En Tokio, el primer ministro Shinzo Abe indicó que Corea del Norte había disparado los cuatro misiles «casi simultáneamente» y que tras recorrer unos 1.000 kilómetros hacia el Este tres cayeron «en la Zona Económica Exclusiva» japonesa, es decir a menos de 200 millas marinas (370 km) de la costa.
«Esto demuestra claramente que Corea del Norte ha alcanzado un nuevo nivel de amenaza», agregó Abe, que luego convocó una reunión del Consejo Nacional de Seguridad. «Los disparos reiterados de Corea del Norte son un acto de provocación para nuestra seguridad y una violación flagrante de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. De ninguna manera podemos tolerarlo», dijo.
El líder norcoreano Kim Jong-Un intenta desarrollar un misil balístico intercontinental capaz de llegar hasta Estados Unidos, algo que según advirtió hace meses Trump «no sucederá».
El departamento de Estado condenó «enérgicamente» el lanzamiento de los misiles y advirtió que Estados Unidos estaba listo para usar «toda la gama de medios» a su disposición «contra esta creciente amenaza».
Tropas surcoreanas en alerta
El mes pasado, Pyongyang había lanzado un misil balístico –el primero desde octubre de 2016– que según Seúl estaba destinado a poner a prueba la respuesta de Trump.
El mandatario norteamericano calificó entonces a Corea del Norte como un «gran, gran problema» y dijo querer darle una respuesta «muy enérgica».
Washington ha advertido en varias oportunidades que no tolerará que Corea del Norte acceda al arma nuclear. Estados Unidos presiona además a China, principal aliado y socio comercial de Corea del Norte, a hacer lo máximo para controlar a su país vecino.
Según el ministerio surcoreano de Defensa, el alcance de los misiles lanzados el lunes era de «unos 1.000 kilómetros». Seúl agregó que sus Fuerzas Armadas «están monitoreando de cerca al ejército del Norte en previsión de eventuales nuevas provocaciones y para mantenerse alertas desde un punto de vista militar».
El presidente interino surcoreano, Hwang Kyo-Ahn dijo tras una reunión del Consejo de Seguridad Nacional que «tomando en cuenta la brutalidad e imprudencia demostradas a través del asesinato de Kim Jong-Nam (hermanastro del dictador norcoreano) lo que puede llegar a pasar si el Norte obtiene el arma nuclear es algo que supera lo imaginable».
Sistema antimisiles de Estados Unidos
Kyo-Ahn reiteró ser partidario de un «rápido despliegue» del costoso sistema de defensa antimisiles norteamericano THAAD, una eventualidad que irrita particularmente a China.
Seúl y Washington iniciaron la semana pasada una serie de ejercicios militares conjuntos que también enfurecen a Pyongyang porque los considera como ensayos de una eventual invasión.
Durante una visita a un cuartel del Ejército, el líder norcoreano Kim Jong-Un ordenó a sus tropas preparar medidas capaces de contrarrestar un ataque aéreo del enemigo con «un golpe despiadado», indicó la agencia estatal norcoreana KCNA el día que comenzaron los ejercicios «Foal Eagle» (Águila Potro).
Las resoluciones de la ONU prohíben a Corea del Norte el uso de cualquier tipo de misil balístico.
Sin embargo, seis paquetes sucesivos de sanciones impuestos por la ONU desde un primer ensayo nuclear norcoreano en 2006 no han logrado disuadir a Pyongyang de seguir adelante con su programa.
El año pasado, Corea del Norte realizó dos ensayos nucleares además de varios lanzamientos de misil.
Los analistas divergen sobre el estado de desarrollo de Pyongyang en materia de armas nucleares pero todos coinciden en que ha logrado enormes avances en esa dirección desde la llegada al poder de Kim, tras la muerte de su padre, Kim Jong-Il, en diciembre de 2011.
Kim Dong-Yup, analista de la Universidad surcoreana Kyungnam, consideró poco probable que los cuatro misiles lanzados el lunes estuviesen destinados a probar una nueva arma.
«Si estuviesen probando un nuevo misil, no hubiesen disparado cuatro al mismo tiempo», dijo. «Es altamente probable que hayan lanzado un modelo existente de misil en el marco de su entrenamiento de invierno como respuesta a los ejercicios militares conjuntos entre Corea del Sur y Estados Unidos».