Por Sebastien Berger
Seúl/AFP
El dirigente norcoreano Kim Jong-Un prometió nuevos lanzamientos de misiles sobre Japón y aseguró que el disparo del martes, que la ONU condenó de forma unánime, no era más que un «preludio».
El lanzamiento por encima del archipiélago nipón de un Hwasong-12 de rango medio supone una nueva escalada en la crisis norcoreana, un mes después de que Pyongyang lanzara dos misiles balísticos intercontinentales (ICBM) que podrían alcanzar buena parte del continente americano.
El presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con una lluvia de «fuego e ira» contra Corea del Norte, que prometió como revancha una salva de misiles cerca de Guam, un territorio estadounidense del Pacífico donde viven 6.000 soldados estadounidenses y que alberga instalaciones estratégicas.
El martes, Trump advirtió en un tono más diplomático que «todas las opciones» estaban sobre la mesa.
El mismo día, el Consejo de Seguridad de la ONU, que impuso recientemente una séptima tanda de sanciones a Pyongyang, condenó «firmemente» el lanzamiento del misil norcoreano.
Pekín y Moscú, dos aliados clave de Pyongyang, respaldaron el texto, que no prevén reforzar las sanciones inmediato contra Corea del Norte.
Respuesta a la ‘invasión’
El Rodong Sinmun, el periódico oficial del partido único en el poder en Corea del Norte, publicó el miércoles una veintena de fotos del disparo, en una de las cuales aparecía un jovial Kim Jong-Un rodeado de sus consejeros, con un mapa del noroeste del Pacífico sobre su escritorio.
En otra imagen se le veía observando el misil lanzado desde Sunan, cerca de Pyongyang. El proyectil recorrió 2.700 kilómetros a una altitud máxima de unos 550 km, antes de estrellarse en el Pacífico.
En una nota publicada el miércoles, la agencia oficial norcoreana KCNA cita a Kim anunciando «más ejercicios de disparos de misiles balísiticos en el futuro con su objetivo en el Pacífico».
El lanzamiento del martes fue «un preludio importante para contener Guam, base avanzada de la invasión», dijo, aludiendo a un «avance» de las «contramedidas» frente a las maniobras militares que los ejércitos estadounidense y surcoreano están llevando a cabo en Corea del Sur.
Pyongyang considera que esos ejercicios militares son un ensayo general de una invasión de su territorio.
Es la primera vez que Pyongyang declara haber enviado un misil por encima del territorio japonés. En 1998 y en 2009 Corea del Norte había lanzado cohetes que sobrevolaron Japón, pero en las dos ocasiones Pyongyang había argumentado que se trataba de vehículos espaciales.
«Acciones amenazantes»
Millones de habitantes del norte de Japón, que no cedieron al pánico, se despertaron el martes con un mensaje de alerta del gobierno mientras que por las altavoces se oía: «Lanzamiento de misil. ¡Refúgiense!».
«Las acciones amenazantes y desestabilizadoras solo aumentan el aislamiento del régimen de Corea del Norte en la región y entre todas las naciones del mundo», declaró Trump en un comunicado. «Todas las opciones están sobre la mesa», añadió.
Su embajadora ante la ONU, Nikki Haley, reclamó poco después «una decisión fuerte», sin precisar más.
Los quince países del Consejo de Seguridad de la ONU pidieron la aplicación «estricta y plena» de las resoluciones de Naciones Unidas, incluyendo las que imponen sanciones económicas a Corea del Norte.
Según fuentes diplomáticas, la ONU contemplaría la posibilidad de sancionar a Pyongyang deportando a los trabajadores norcoreanos empleados en el extranjero o con medidas que afecten al sector del petróleo.
Según una fuente diplomática de Washington, el principal desafío de la ONU era mostrar que la unidad internacional se mantiene -con Moscú y Pekín- y acordar una respuesta rápida tras el disparo del misil.
El ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, indicó el miércoles que su país estaba dialogando con sus socios del Consejo de Seguridad sobre qué «reacción» se debería adoptar, subrayando la importancia de un consenso.