Seúl/AFP
Jung Hawon
Corea del Norte dijo estar «dispuesta» a dialogar con Estados Unidos, según su delegación en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, donde el general norcoreano Kim Yong Chol y la hija de Donald Trump asistieron a la clausura de los bautizados como «Juegos de la Paz».
En un encuentro con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, la delegación del Norte que acudió el domingo a la ceremonia de clausura de los Juegos expresó su «acuerdo con que los diálogos intercoreanos y las relaciones entre el Norte y Estados Unidos deberían mejorar a la par», afirmó la presidencia de Corea del Sur en un comunicado.
Aunque Pyongyang ha declarado en varias ocasiones estar dispuesta a hablar con Estados Unidos, Washington exige que los norcoreanos den pasos concretos para la desnuclearización antes de cualquier diálogo.
La delegación norcoreana, encabezada por el general Kim Yong Chol, coincidió en la ceremonia de clausura del evento deportivo con la hija del presidente estadounidense, Ivanka Trump.
Según imágenes de la zona VIP del estadio olímpico, el presidente surcoreano estrechó la mano de Ivanka Trump y poco después la del general Kim Yong Chol, responsable de las relaciones intercoreanas en el Partido del Trabajo de Corea, en el poder.
Pero aparentemente, los representantes de Corea del Norte y de Estados Unidos, sentados a poca distancia, no tuvieron contacto directo.
Frenesí diplomático
La visita de Kim Yong Chol, a la cabeza de una delegación de ocho miembros de alto nivel, es la última pieza del frenesí diplomático desplegado en el marco de los Juegos Olímpicos de Pyeongchang, a los que se llamó «Juegos de la Paz».
No obstante, su visita provocó la ira de la oposición conservadora del Partido de la Libertad de Corea, que acusa a Kim Yong Chol de ser un criminal de guerra, y entre otros casos le atribuyen haber ordenado torpedear la corbeta surcoreana ‘Cheonan’ en 2010, causando la muerte de 46 marinos.
Un grupo de parlamentarios conservadores organizaron una protesta cerca de la frontera entre el Sur y el Norte y estuvieron toda la noche en pie, acompañados por cientos de activistas con pancartas con mensajes como «Arresten a Kim Yong Chol» y pidiendo que se arrodillara «para pedir perdón a las familias de las víctimas».
El general Kim Yong Chol no es blanco de las sanciones de la ONU contra responsables norcoreanos, pero sufre medidas de retorsión decididas por las autoridades surcoreanas y una congelación de activos.
Durante estos Juegos Olímpicos, el Norte lanzó una ofensiva de encanto, enviando atletas, animadores y artistas que llegaron a la ceremonia de apertura encabezados por la hermana del líder Kim Jong Un, Kim Yo Jong.
Los analistas afirman que Pyongyang buscaba así aliviar las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU por el programa nuclear y de misiles balísticos, y que estaba intentando debilitar la alianza que hay entre Washington y Seúl.
Los Juegos organizados en Corea del Sur interrumpieron una escalada de acusaciones, amenazas e insultos entre el presidente Donald Trump y el líder norcoreano, y favorecieron una intensa actividad diplomática en una de las regiones más tensas del mundo.
Para la inauguración, la hermana de Kim Jong Un fue recibida por el presidente surcoreano, a quien invitó a una cumbre en Pyongyang. Moon Jae-in, de momento, no ha respondido a la invitación.
Pero en una muestra de que esta «tregua olímpica» no solucionó el fondo de la espinosa cuestión nuclear, Trump anunció nuevas sanciones unilaterales contra Corea del Norte, que este domingo las calificó de «acto de guerra».
«Como ya hemos dicho repetidamente, consideraremos cualquier tipo de restricción en contra nuestra como un acto de guerra», dijo el ministerio de Exteriores norcoreano en un comunicado publicado por la agencia oficial KCNA.
«Trump está intentando cambiarnos con tales declaraciones y comentarios hostiles, lo que demuestra su desconocimiento sobre nosotros», aseguró.
«Ya tenemos nuestra arma nuclear, una valiosa espada justiciera para protegernos de estas amenazas de Estados Unidos», afirmó el ministerio.
Las nuevas sanciones están dirigidas contra más de 50 compañías navieras, buques y empresas de comercio que, según Washington, ayudan a Corea del Norte a eludir las sanciones ya impuestas.